Reprobación

3.11.10



¿Una promesa incumplida a uno mismo es reprochable?



8 apostillas:

Vloj dijo...

Hola Francisco... creo que todos nos fallamos alguna vez a nosotros mismos... pero no tanto como fallamos a los que nos rodean... nosotros tenemos esa confianza con nosotros mismos que hasta da asco...
por cierto: este es mi ultimo post!

http://lvlojdmisterdueman.soy.es/2010/11/03/ideario-francisco-m-ortega-palomares/

Vloj dijo...

acabo de leer tu comentario... es un honor.
Por cierto desde mi vloj hay un enlace directo al tuyo para que mis lectores puedan saborear tu poesía.
Un abrazo Vloj.

Juan Poz dijo...

¿Y cómo se le reprocha al pan nuestro de cada día que lo sea? Se apura el trago culpable, ¡y mañana será otro día! Día de otro trago, por supuesto...

Joselu dijo...

Sí, sin duda lo es, pero la vida está hecha a base de pequeñas traiciones y todavía menores éxitos. Es imposible no contradecirse, no entrar en conflicto, no traicionarse a uno mismo. ¿Quién sabe lo que seremos dentro de diez años? ¿Y lo que fuimos? Me desconciertan los que cambian, pero todavía más me inquietan los que, pese al mundo y la realidad, siguen igual veinte años después y lo dicen con orgullo como si fuera un mérito.

Maria Coca dijo...

Yo creo que somos demasiado condescendientes con nosotros mismos... Salvo los masoquistas...


Besos lunáticos en miércoles.

Javier dijo...

Más que reprocharnos habría que procurar no prometer, si acaso jurar, o perjurar, o abjurar, aunque, bien pensado, ¿no nos dilapidamos continuamente en objetivos inalcanzables con esas promesas a sabiendas de que jamás las cumpliremos?

Un abrazo.

Egolastra dijo...

No, lo reprochable es andar haciendo promesas a quien sabemos que, pase lo que pase, siempre nos/se acabará disculpando.

Saludos.

Ignacio Reiva dijo...

Es la más reprochable de todas.