El general arengó a la tropa y los soldados se partieron de risa. No hubo batalla.
Chiste
3.9.10
El general arengó a la tropa y los soldados se partieron de risa. No hubo batalla.
Etiquetas: cuentos diminutos
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4 apostillas:
Divertido, las batallas las deberían librar los Generales y sus estados mayores, digamos que a tomatazos...eso si, verdes, para que les doliese un poquito.
¡Feliz imaginación, Francisco: la de la tropa diseccionando, con escalpelo de humanistas, la verborrea patriótica del generalato y hartándose de reír a costa de la retórica del lugar común nacionalista! Sí, no hay como coger una pieza de retórica al uso, y no sólo de los generales, para "retirarse" de la batalla política al "locus amoenus" de la abstención.
La batalla no tuvo lugar, la risa lo impregno todo y el General... volvió a su pueblo.
Mientras, sin guerras, el gran Heráclito se remueve en su tumba.
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