Acompañante

2.9.10




Nadie le había dado vela en ese entierro y caminó a oscuras hasta el cementerio.



4 apostillas:

Javier dijo...

¿No sería el difunto?

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Quizás el olvido, nunca invitado pero eterno acompañante...

Juan Poz dijo...

Pero no le importó, porque uno de loos grandes placeres de la vida es meternos donde nadie nos ha dado la vela para el entierro. La genética/ginética de la curiosidad...

Joselu dijo...

Me gustan las velas en los entierros, por ello es lamentable que no le dieran, y es una pena que ya no las haya en los funerales apresurados de hoy en día.