Llueve sobre mojado

31.3.08

Uno se miente como quien se pone un chubasquero para guarecerse de la lluvia del mundo. Pero hay quien se siente tan cómodo con esa prenda que ni cuando cesa el aguacero es capaz de quitárselo. Se lo impide un narcisismo atroz.

5 apostillas:

franco dijo...

Tajante. Encima hoy llovió todo el día en mi ciudad. Ya que estamos, dejo poema de Juan Gelman.

Lluvia

hoy llueve mucho, mucho,
y pareciera que están lavando el mundo.

Mi vecino de al lado mira la lluvia
y piensa escribir una carta de amor/
una carta a la mujer que vive con él
y le cocina y le lava la ropa y hace el amor con él.
Y se parece a su sombra/

Mi vecino nunca le dice palabras de amor a la mujer/
entra a la casa por la ventana y no por la puerta/
por una puerta se entra a muchos sitios/
al trabajo, al cuartel, a la cárcel,
a todos los edificios del mundo/ pero no al mundo/
ni a una mujer/ni al alma/
Es decir/a ese cajón o nave o lluvia que llamamos así/

Como hoy/que llueve mucho/
y me cuesta escribir la palabra amor/
porque el amor es una cosa y la palabra amor es otra cosa/
y sólo el alma sabe dónde las dos se encuentran/
y cuándo/y cómo/
pero el alma qué puede explicar/

Por eso mi vecino tiene tormentas en la boca/
palabras que naufragan/
palabras que no saben que hay sol porque nacen y
mueren la misma noche en que amó/
y dejan cartas en el pensamiento que él nunca
escribirá/

Como el silencio que hay entre dos rosas/
o como yo/que escribo palabras para volver
a mi vecino que mira la lluvia/
a la lluvia/
Y a mi corazón desterrado/

No sé si será ese el formato original, lo tengo recitado y busqué lo acabo de buscar en internet escrito.

BLQ dijo...

de todas formas hay gente que llega a ser muy feliz de esta forma, hay que respetarlo, porque a veces es la manera de sobrevivir al sufrimiento de un vida.

el problema llega cuando las mentiras hacen daño a otras personas y no pierden el respeto de los allegados...

Maria Coca dijo...

De tanto mentirnos la verdad nos parece mentira.

Joselu dijo...

El delirio, ese mal necesario. La vida es un ejercicio de delirio. Si no, no podría ser soportada. Los hay mejores o peores, generosos o dañinos. Hasta los mayores santos -por utilizar un término comprensible- necesitan del autoengaño.

Pedro Chincoa dijo...

Se engaña el santo porque es sabio,
y el niño porque es puro e ingenuo para siempre.
El hombre se interrroga y tarta de buscar la verdad, o simplemente desvelarla sin llegar a la última que nos haga creer en algo finalmente.
Y a propósito de chubasqueros, narcisos y santos.
Se dice qUe San agustín paseaba por una playa y se encontró con un niño que iba echando agua en un hoyo en la arena. Hacía uno y otro viaje con un cubito de plástico. Una y otra vez. Una y otra vez.

- ¿Qué haces pequeño? - preguntó el santo.
- Quiero meter en este hoyo a todo el mar.
- Pero - dijo el santo sonriendo y maravillado, eso es imposible.
El niño se puso grave y le contestó:
- Más imposible es desvelar los designios de Dios.

PD. Delirios, exabruptos y búsqueda de la verdad sobre el chubasquero.