Comenzamos a nadar, lentamente. Si darnos cuenta nos alejamos de la orilla. Ya distantes y apartados de la luz de Alejandría, aferrado el uno al otro, zozobramos y nos ahogó el amor.
Historias de náufragos
26.7.07
Comenzamos a nadar, lentamente. Si darnos cuenta nos alejamos de la orilla. Ya distantes y apartados de la luz de Alejandría, aferrado el uno al otro, zozobramos y nos ahogó el amor.
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4 apostillas:
Que muerte más ¿hermosa?
¿Hay alguna muerte hermosa?
Joder, que dilema.
Salu2.
¿Muerte hermosa saber que estás condenado a morirte si el amor te arrastra lejos de la "madre civilización"? Habrá que buscar la manera de inventarse un faro personal aunque sea de amor propio. Y entonces sí alejarnos de la orilla, para que las piedras no mos alcancen.
Kavafisiano.
AYYY!! Naufragué!
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