Mientras espero a que llegue el autobús urbano escucho el diálogo entre dos mujeres que se tropiezan en la calle.
–¿Tú eres la hija de Teresa?
–Sí, lo soy.
–¿Y existe Teresa?
–Sí que existe.
–¿Cómo está? Hace mucho que no la veo.
–Está bien.
–Dale un saludo de mi parte. Soy Estrella.
–Se lo daré.
En la vida debe haber un momento donde la realidad se convierte en un borrado de personas. Viven en el recuerdo hasta que alguien te confirma que desparecieron del dibujo material que forman los cuerpos.
6 apostillas:
Yo tengo localizada a una señora muy elegante, que coge el autobús los martes a la misma hora que yo, pregunta educadamente cuando coincide con una conocida, por sus hijos, marido y hermana... la salud y bienestar de esta última es la que más agrado le produce, porque normalmente eran grandes amigas del colegio/parque/vecindario/etc... y con una sonrisa también muy elegante, siempre se despide cuando llega el autobús, y con la mano sobre el hombro les dice: - Pues nada, me alegro de que siga viva. Yo, en mi modesta opinión, no puedo imaginar mayor motivo de alegría.
Lo más interesante de eso: en la cabeza de uno habrán algunos que estén más vivos que sus cuerpos físicos, y otros más muertos que sus carnes frescas..
Quieres decir que moriremos cuando alguien que nos conozca sepa de nuestra muerte....
....borrándome...
¿Y es entonces cuando desaparece la faceta de persona real y queda sólo la de recuerdo en otras mentes?
Hay quien ha dicho que vivir es ir despidiéndose, aprender a decir adiós... y cuando nos despedimos de alguien (lo borramos del mundo de los cuerpos vivientes) nos damos cuenta de que tarde o temprano habrá otros que nos borren a nosotros, que nos digan adiós. Quizás por eso temo y detesto las despedidas porque anuncian la que será definitiva.
Sinceramente, ese es uno de los blogs más lindos que he leído. Hay otros, sí, pero las características de la creación poética, sensible, la profundidad de lo que se quiere decir a cada momento, me encanta.
Un abrazo.
www.heliodoro.blosit.com
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