Leedor

11.1.08




Ávido lector devorador de libros, un día se confesó: «Estoy enterrado en millones de letras. Soy un sustrato de la literatura».


Aclaración

10.1.08



Si el lenguaje es fuente de malentendidos, la palabra debería ser una zona de desambiguación.

Figuración

9.1.08



Su prédica favorita era aquella que me repetía cada cierto tiempo: «Desconfía de quienes argumentan con insistencia lo maravillosa que es su vida en todos los aspectos. Lo más seguro es que tengan una gran necesidad de contar lo que no son para llenar su falta de realización».


Repetición

8.1.08



«Otra vida, quizás; sí. Y cometer los errores que no ha habido tiempo de consumar en esta». Epigrama leído en un mausoleo.


Juicioso

7.1.08



Mientras barajaba un mazo de cartas me confesó: «Nunca me han importado los detalles. Para conocer qué edad tienes o qué número de pie calzas siempre hay tiempo. Con las personas me ocurren como con las gambas, no me interesa el cuerpo sino lo que hay en su cabeza».

Desdentados

6.1.08



Los felinos no sobreviven a la pérdida de sus dientes. Los dentistas, en cambio, son un indicador social de la opulencia. La sociedad del bienestar nos acomoda hasta hacernos perder lo instintivo. Civilizados hallamos la causa del extravío humano.





Cuento en La libreta digital

Epifanía

5.1.08



–Papá no sé qué pedirle a los Reyes Magos.
–Pídete otro padre.

Demasías

4.1.08



La Grecia clásica empleaba para definir la desmesura o la exageración en el exceso de confianza en uno mismo el término ‘hibris’. Cualidades de la ‘hibris’ son también la pereza y la impaciencia, frente a la mesura, la moderación y la sobriedad que proponía la moral griega. Parece una fórmula para colocarla en la solapa de estos días.


Esplín de invierno

3.1.08



Un cenicero lleno de colillas apagadas es una evocación del placer consumado. A cada paso dado estamos abocados a producir la melancolía que se extiende como una metástasis.

Última voluntad

2.1.08



Cuando especulamos sobre el final de la vida defendemos una solución rápida a cualquier otra opción. El escritor estadounidense Ambrose Bierce, antes de partir a Méjico en 1913 y ya septuagenario, explicaba en una carta enviada a sus familiares cuál era su elección vital: «Adiós. Si oyes que he sido colocado contra un muro de piedra mejicano y me han fusilado hasta convertirme en harapos, por favor, entiende que yo pienso que esa es una manera muy buena de salir de esta vida. Supera a la ancianidad, a la enfermedad, o a la caída por las escaleras de la bodega. Ser un gringo en Méjico, ¡ah, eso sí es eutanasia!».

Algodón dulce

1.1.08



El giro de azúcar coloreada formó, alrededor del palillo, un globo de algodón rosado. La niña creyó ser una devoradora de nubes de color rosicler.

Un cuarto de siglo más tarde se gana la vida de feria en feria. En el fondo no ha dejado de comer nubes por la boca de los niños a los que vende el azúcar hilado de su máquina. Ninguna ficción deja de existir mientras la alimentamos desde la voluntad de imaginar.

Inventario de seres

31.12.07



Acabado el año y cerrado el ejercicio de apegos, toca plasmar asiento de los seres que pertenecen al almacén de afectos. De manera imprecisa y desordenada, se requiere documentar un listado infinito que amplíe el negocio del corazón.

Patinaje sobre hielo

30.12.07



La belleza de unos patinadores que mantienen su equilibrio en una cuchilla mientras se deslizan sobre el hielo y al menor acontecimiento caen al suelo, me recuerda tanto al desastre de la vida. Elevación y caída en mitad de la hermosura.

Cavilación

29.12.07



La propuesta de escritura creativa es un acto lúdico de la mente. Y el juego, sabemos, es el último reducto fósil de la infancia.

Humoradas

28.12.07



Me advierte un amigo que, en la jornada de hoy, me ande con cuidado. Apunta que nada me tome en serio. Advertencia vana para quienes piensan que nuestro latido existencial en una broma pesada y el humor la quintaesencia de mundo.

Tarjetas

27.12.07



Recibo, en estos días, mensajes de felicitación con los mejores deseos. En uno de ellos, antítesis de la vorágine colectiva, sólo puedo leer: «calma».

Hijos

26.12.07



Opuestas en sus destinos, dos amigas me cuentan la experiencia de su crianza. Una se enorgullece del talento de su hijo capaz de culminar con éxito su carrera científica pero se queja de su tiranía afectiva. La otra que no puede presumir de una superación similar académica, presume del cariño de su vástago y su don de gentes. En las dos hay un suspiro de frustración y otro de consuelo. Nadie está obligado a ser perfecto.

Vecindario

25.12.07




Coincido en el ascensor con Sócrates como cada mañana que voy a trabajar. Después de saludarme me explica: «Cásate: si por casualidad das con una buena mujer, serás feliz; si no te volverás filósofo, lo que siempre es útil para el hombre.»

Me encamino a la calle en busca del transporte y me pregunto: ¿utilidad o dicha? ¿ante qué debemos claudicar?

Amigos invisibles

24.12.07



El amigo invisible es un juego donde los participantes entregan regalos que son recibidos por otros jugadores sin saber quién es su dador. Mis amigos blogueros también son incorpóreos pero su huella es nítida es esta bitácora. Son como los espíritus que vienen de otro mundo a reglarme su presencia y una parte alícuota de su tiempo. Me entregan sus palabras. Me traen ternura. Son el presente cotidiano, la cosecha de afectos que atesoro y me honra.

Solsticio hiemal

23.12.07



La celebración del Natalis Solis Invictis (nacimiento del sol invencible) llevaba a la sociedad romana a celebrar las saturnales, fiestas donde los dueños cedían su libertad a los esclavos que pasaban a ser amos, niños que ejercían de padres y políticos que dejaban de mandar para ser mandados. Comían y bebían en abundancia durante días. La luz comenzaba a vencer a las tinieblas. Días pletóricos y de invertido mundo.