El ser humano es un ser pensante pero, igualmente, también es un ser soñante porque la vida, como Calderón cantó, es sueño envuelta en el velo de maya. Ejemplos no faltan para ilustrar este axioma.
El matemático indio Ramanujan solía decir que la diosa de Namakkal le inspiraba las fórmulas en sueños. Al naturalista Louis Agassiz un sueño le ayudó a determinar a qué especie pertenecía un pez fosilizado cuyos contornos no se podían apreciar. La invención de la máquina de coser de Elias Howe se debe a un sueño en el que un grupo de caníbales le atacan con lanzas como agujas con un orificio en una de las puntas.
Descartes en un sueño encontró las bases de la geometría analítica y cómo hacer algebraica a la geometría. El químico August Kekulé esclareció la estructura del benceno porque su forma circular le surgió mientras dormitaba con un manual de Química frente a la chimenea. El inventor del helicóptero, Igor Sikorsky, cuando tenía diez años se soñó dentro de un enorme aparato. Treinta años después mientras revisaba la construcción de un Clipper descubrió que su interior era el mismo de su sueño infantil.
Steveson declaró que el hilo argumental en El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde fue producto de un sueño, incluso cuentan que John Lennon soñó con el tema Imagine antes de componerlo.
Mis sueños no arreglan el mundo pero hace unas noches, al despertar en mitad de uno de ellos, recordé este ‘post’.