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Vacíos reflejos

11.4.20



Son las diez de la mañana, recojo mis cosas y me mudo de casa. Me salto el confinamiento y me traslado al otro lado del espejo, al segundo piso de tu dulzura desde donde diviso la ciudad en tus mejillas. Puede que venga Alicia a tomar té con pastas esta tarde, pero quien seguro no faltará será Borges que ha recuperado la alegría de la luz porque ya no está solo frente al espejo. En ti todo es confortable y asumo tu mano dibujando líneas evanescentes entre un lado y otro del confín. El azogue de la calle refleja el paisaje vacío de este tiempo, en cambio aquí dentro no existe peligro alguno de contagio.



Galbana

10.4.20



Para Samuel Beckett «no existe pasión más poderosa que la pasión de la pereza». Días para ello son, o para vindicar como Paul Lafargue, El derecho a la pereza, el pensamiento en zapatillas y la delectación en pijamas.



Montaña rusa

9.4.20



Me asfixio en la cresta del día. Necesito respirar mecánicamente, asistido por la brisa del mar para sentir la vida que ha sido, la que es, la que vendrá tras esta funda de miedo que ha envuelto el mundo. Era una pesadilla real, no un sueño que se deslíe con la luz y deja flotando retazos oníricos por todo el cuerpo. Sé que no es un sueño porque Amelita se ha marchado joven con su bata verde y su mascarilla de pudor, porque Arcadio no sale a pasear por los jardines de la resiliencia más, o porque hay una demora de encuentros aleatorios. 

Asintomático, respiro cuando desaparece la inflamación de la melancolía y me recupero pronto de la incubación de las malas predicciones y se avienen los confortables recuerdos y los días emotivos que quedan por vivir.



Limbos

8.4.20



Crecen flores en soledad con ausencia de perfumes y parece que la vida no va a volver a ser normal. La tristeza forma largas colas a la puerta de los supermercados, ahora como comedores sociales sin mendigos. Los pocos transeúntes que transitan las calles se sienten espiados por los investigadores de acatamiento social. Crece un clamor de vacíos por el abandono de los cuerpos que se marcharon hacia el limbo de la privacidad. Mascarilla sobre máscara, el sigiloso invisible y enemigo de todos separa al cielo del infierno.



Epistolario viral

7.4.20



Llegan cartas rotas al despacho de mi corazón. Misivas de alas quebradas que me confieren el peso de sus lágrimas. Sentado aquí no puedo desatarme y correr a abrazar al remitente. El punzante abrecartas del destino ensarta las palabras hasta hacer brotar de ellas un hilo rojo de tinta que mancha cualquier albura en el papel. Anuncian un conteo estadístico infinito de párpados cerrados en soledad y avisan de frías despedidas, con esquelas enfundadas en trajes de protección. Es una correspondencia heladora, un carteo de pérdida y dolor. Un matasellos cruel tras un giro postal de irrealidad.



Pasajes

4.4.20



Mi voluntad se encierra en una casa, mi corazón late dentro de ella. ¿Quién puede decir que la vida sucede en los pasillos? Es la anti crónica del diapasón modal de la existencia que acontece entre cuatro paredes donde la soledad es mucha convivencia.



Agenda suspendida

2.4.20



–Caminar por la vida sin excusas. 
–Pararme hablar con la mujer de siempre. 
–Mojarme cuando llueven las sonrisas. 
–Bañar la desnudez de los pies en la playa. 
–Beberme una infusión de palabras en el ágora. 
–Hablar de introspección a la puerta de un bar. 
–Auditar poesía en los muros urbanos. 
–Solicitar descuentos en los días nublados. 
–Reclamar el olor de las flores. 
–Tomar apuntes al natural de las aves amantes. 
–Acudir al concierto de un crepúsculo. 
–Deambular. 
–Perderme entre la niebla humana. 
–Volver sin que me digan nada.



Abrazos virtuales

31.3.20



Una de las primeras tareas que me asignaré tras la pandemia será la de abrazar y estrechar con dilección a todas aquellas personas con las que intercambio afectos, conocidas o no. Quiero rodear sus vidas con emoción ante esta volátil existencia.



Descalcificación

30.3.20



Parece que estuvieran fatigadas las palabras, aquejadas por esta infección de alarma y tribulación que el mundo tiene. No parecen nombrar con exactitud las cosas que ocurren, ni viven en la Pangea del pensamiento dispuestas a designar la realidad. Aun así, las llamo para que vengan y comiencen a engalanar nuevamente la vida que quizás, después de todo esto, sea mejor.



Efugio

28.3.20



No salgas fuera de ti. Observa tus límites, tus reglas frente al espejo. Persigue tu sombra. Tu casa es un laberinto sin escapatoria. Tú eres tu prisión incondicional. Quédate dentro.



Sin noticias de la primavera

27.3.20



Confinada la primavera, las flores crecen sin aroma y en los parques juegan niños imaginarios. El vacío de los abrazos y la postergación de las sonrisas hace observancia de los decretos de recogimiento. Remolinos de recuerdos se desatan y las palabras borradas de las conversaciones públicas encuentran eco en las intimidades de los hogares. Astrónomos de la soledad observan las singularidades que, en el horizonte de sucesos, han creado agujeros negros en las oquedades dejadas por los cuerpos. La primavera ha sido aislada en el hospital de las esperas.



Plagas

23.3.20



Durante muchas generaciones nadie nos avisó de que esto llegaría, cuando lo que está ocurriendo no es algo inusual en el relato de la historia de la humanidad (guerras, epidemias, catástrofes naturales). Tras el último periodo bélico y su dolorosa y terrible resaca, la sociedad fue conquistando mayores estándares de comodidad y de su memoria fue desapareciendo el hambre, la enfermedad, la muerte prematura. Ahora llega esta pandemia y da de pleno en los pilares de la colectividad del bienestar mental con la diferencia de que, en otras épocas, no contaban con el eco mediático de la información y la contrainformación y, por supuesto, con el nivel sanitario de este momento.



Orwelliano

20.3.20



El mundo será post coronavirus y habrá que aprender a vivir de nuevo.



Contra las distopías

14.3.20



Estamos en cuarentena mental. Podríamos pensar en hacer un mundo nuevo mejorado mientras asistimos a un hecho espectacular por las dimensiones desproporcionadas de su escenario. Vamos hacia un mundo que se desmorona.