Grado cero

18.12.23


El deber de quien escribe es enfrentarse a su escritura como si nada de lo que ya ha hecho tuviera valor alguno, un empezar de nuevo.




4 apostillas:

María dijo...

Más que un deber, yo diría que es la valía y más que sólo del que escribe, de cualquiera que haga algo, del tipo que sea.. ese empezar, con la ilusión y las ganas del primer día, sabiendo lo mucho que queda siempre por aprender y corregir

Un beso!


PD
Tú tienes esa valía ¡enhorabuena! ; )

Albada Dos dijo...

Cuesta, pero sería lo deseable, sin duda. Un abrazo

Joselu dijo...

Hay una palabra japonesa, "Karesansui" para designar los jardines de arena que crean los monjes zen para favorecer la serenidad y la paz interior. Son jardines de arena y piedras, que se crean, pero que se desvanecen con otra pasada del rastrillo. Son efímeros, pero afectan a los lóbulos cerebrales para generar paz y serenidad. Así es la escritura: surcos en la arena.

Recomenzar dijo...

Interesante el leerte