Azogues

7.12.20



El gesto de jóvenes semidesnudas contemplando su plenitud física ante el espejo, es una pose mil veces repetida a lo largo de los años. Ahora bajo la conciencia de que son dueñas de ese cuerpo que ven, esa contemplación es captada por una cámara fotográfica y, rápidamente, mediatizada en el universo digital para ser observada. El espejo, de pronto, deja de ser un marco de intimidad y se transforma en un espacio escénico, haciendo añicos el mercurio de Borges y de Alicia. Ahora devuelve un reflejo insondable. 



3 apostillas:

Albada Dos dijo...

Pues con estos usos y costumbres actuales, no sé qué intimidad se deja, pero cada quien que suba a internet lo que quiera, claro. Borges estará tronchándose de la risa.

Un abrazo

Juan Poz dijo...

Son las pruebas para la foto del carnet de internetidad...

Joselu dijo...

Nabokov fue un profeta.