Día del lector de blogs

23.4.11



En un lugar de Internet, cuyo nombre está encriptado por su seguridad, no ha mucho tiempo que navegaba un hidalgo bloguero de los de ratón en ristre, alfombrilla, flexo, cámara web, ordenador portátil y de sobremesa. Conectado a las redes sociales Facebook, Tuenti, YouTube, Twitter, consumía las tres cuartas partes de su tiempo. El resto en foros, podcasting, Blogger, WordPress, weblogs, Wikipedia,...





4 apostillas:

javi dijo...

Jaja, muy bueno y real.

Un saludo.

Joselu dijo...

Tenía en su casa el hidalgo una hermosa dama que ni Oriana de Amadís le llegaba a la punta de las uñas, y tres vástagos que le llevaban gozo en los momentos de desazón... y entre tanta felicidad acostumbraba a inmiscuirse en cuitas cibernéticas y debates de internet en los que sobresalía por su pesimismo acendrado acerca del destino humano y la propensión a la broma y a la risa. Pasaba nuestro hidalgo el tiempo perdido en las galaxias postgutenberg, recordando el tiempo en que leía a Kafka y a Cervantes, así como a Onetti. El futuro se abría incierto ante sus teclas, pero presentía que él no estaría en el centro de las jugadas que tendrían lugar, así que ensilló su rocín, jamelgo seco y almendrado, y salió en post de sus ilusiones, intentándolas convertir en ensalmos que le devolvieran el gozo de vivir de su niñez pasada en ese sur, frente al mar, persiguiendo endriagos y princesas... Recordaba sus primeras lecturas y sus primeros y torpes amores, y ahora narrador en ciernes, montado en su Rocinante virtual... desvelaba el sentido último de su devenir vital, sabiendo que las princesas que soñaba en su niñez y adolescencia estaban ya en su vida, realzando lo cierto y tangible frente a lo que se difuminó en el aire.

Míkel F. Deltoya dijo...

Con que no confunda su ventilador para enfriar la laptop con un gigante desdichado... todo bien.

Me has hecho el día con esta lectura.
Un abrazo.

Ulla Ramírez dijo...

Sois genialess :).