Fortalezas

30.7.10



Pedrito ha tenido desde niño dos compañeros inseparables: su gordura y un halo de infortunio. Ambos vectores han determinado su geometría vital. Su físico le impedía realizar peripecias semejantes al resto de los chavales mientras jugaban. Su fatalidad (perdió a su único hermano por leucemia con siete años y a su madre poco después y quedó a expensas de un padre que no le comprendía), sentirse un ser desgraciado. Ahora conduce un taxi por la ciudad, mientras cuida de su padre con demencia senil y se repone de un matrimonio con una cubana que el abandonó.

Hay seres que son como un imán para las adversidades. Pedrito lo entiende así y piensa que los demás se libran de lo que a él toca. En su vehículo, mientras me lleva a mi destino y rememora viejas 'hazañas', puedo leer pegado en el salpicadero un rótulo: «Hoc non pereo habebo fortior me».



6 apostillas:

Anónimo dijo...

Si es que, como dice Ismael Serrano:
Hay quién nace en sábanas de seda y otros ¡ya ves! nacen para ser trapos

bebipelucha dijo...

Mientras Pedrito "piensa que los demás se libran de lo que a él toca" le seguiran llegando adversidades. Dios quiera que cambie su manera de pensar asi cambiará su suerte y será feliz :)

María dijo...

Supongo FRANCISCO,

que es cierto que lo que no mata, hace fuerte, pero la pregunta es... ¿es necesario que alguien pase tantísimo sufrimiento para hacerse fuerte?

Sinceramente, yo creo que sólo los héroes como Pedrito lo consiguen, los mortales normales, se quedan hechos papilla por el camino.

Ojalá nos hiciéramos fuertes, sin pasarlo tan mal.


Muchos besos y feliz noche.

Juan Poz dijo...

Si mi latín no está oxidado, ¿eso se traduce como "lo que no mata engorda"? El caso que narras cae de lleno dentro de una categoría universal: el gafe, existente en casi todas las culturas, el pararrayo de las adversidades. Durante un tiempo temí serlo, por eso comprendo a la perfección el desconcierto y la irritación de quienes tienen constancia inequívoca de serlo.Que no te hablen, que se aparten de ti, que te tomen como chivo expiatorio, o que hablen delante de ti como si no existieras son situaciones que afectan con mayor o menor intensidad a los gafes. Una vez hube de instruir un expediente a tres acosadores que habían apalizado a un gafe que, curiosamente, consiguió sacarme de mis casillas y ponerme los nervios a cien durante la instrucción, aun siendo su mas acérrimo defensor. La marginación social que sufren tales personas cae del lado de la crueldad, pero no es menos cierto que la convivencia relajada con ellos suele ser, a veces, imposible. A quien yo hube de amparar legalmente estaba cerca del "borderline", pero sus resultados académicos lo desmentían. Con todo, también era capaz de pagar con la misma moneda, pero usando la inteligencia para humillar a sus adversarios, cuya cólera fue tan en aumento que, al final, sólo hallaron el camino de la violencia para establecer su superioridad fascistoide.
Son casos complejos, los de los gafes, sin duda.

Ana Vázquez dijo...

¿Qué significa exactamente la frase en latín? Estoy intrigada, lo siento, he olvidado mis arduas lecciones latinas.

PazzaP dijo...

Su físico le impedía cosas. Y su intelecto al parecer también; entre otras, darse cuenta de las que sí podía hacer y desarrollarlas.

Y así, convencido de no tener ningún arreglo, en verdad vivirá como si no lo tuviera.

Pero tiene que haber de todo, ¿no? que este es el reino de la dualidad.