Vulnerabilidades

12.9.09



Las decepciones son hijas del entusiasmo, portan el mismo gen ilusorio.

8 apostillas:

María dijo...

Pues yo creo, que más bien son primas.

Porque efectivamente comparten genes, pero no siempre, una procede de la otra.

Yo creo que la ilusión, no siempre está asociada a la consecución de algo al final, si es así, es cierto que si no le logra, aparece la desilusión.

Pienso que la ilusión es un estado en si mismo.
Si consigues mantenerte en él, sin esperar nada.

Es mucho más difícil que aparezca la prima mala.

Un beso ¡¡feliz finde!!

Kreiner dijo...

La decepción es fruto del entusiasmo. Con la decepción muere la ilusión.

Saludos.

Joselu dijo...

Pero sin entusiasmo no hay metas a conseguir, no hay fuerza para llegar a ellas. El entusiasmo es imprescindible, aunque, claro, a veces su corolario es la desilusión. Creo que fue Sartre quien escribió (cito de memoria) que la vida (o quizás el hombre) es una pasión inútil. Tal vez, pero no podemos evitar (ni tal vez debemos) apasionarnos. La pasión es una enfermedad que se pasa, pero qué hermosa es mientras dura. La vida sin pasión es fría. Aplíquese a entusiasmo también.

Luis Valdesueiro dijo...

El entusiasmo me parece algo cercano a un don, no es algo que se elija. Tal vez por eso hay decepciones que se nos niegan a muchos.

Anónimo dijo...

caramba... tengo montonales y yo sin saber que soy madre.


un gran abrazo y bonito fin de semana

simalme dijo...

Una es consecuencia de la otra, quizá

Antero dijo...

¿Se imagina un entusiasmo permanente e inoxidable? ¿Al carecer de fin sería percibido?, ¿tendría gracia?

Saludos.

Maria Coca dijo...

Si. Todo es lo mismo pero visto desde otro punto de vista.