—Es la mejor frontera —afirmó.
—¿Cuál? —le interrogó su acompañante.
—Esta que ahora piso —señaló con el pie.
—¿La arena de la playa?
—No. Entre la tierra y la mar —explicó—. Es el mejor refugio.
—No lo entiendo —indicó como quien espera una mejor aclaración.
—Y yo no sé explicártelo.
2 apostillas:
A veces la comunicación se incomunica.
Besos de lunes sobre un martes de estreno
No hay fronteras inmunes a la violación de las mismas. Decir frontera es decir, siempre, "más allá".
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