—No es un problema de insatisfacción el pedirse un poco más en aquello que se hace.
—Es frustrante estar, permanentemente, con esa sensación.
—No lo es más que resignarse a la ley del mínimo esfuerzo.
—Pretendes que la gente se autoexija más allá de aquello que le piden. Eso es utópico y la utopías son ficción.
—No sé si será un mito pero sí una necesidad.
5 apostillas:
Realmente es un descanso saber que nadie te va a exigir tanto como tú mismo. Casi no se nota cuando te relajas.
Pero es un camino sin salida, es un continúo esfuerzo sin tener en cuenta la imperfección humana. Exisgirse, sí, pero sabíendo que simplemente eres humano.
Como en todo, equilibrio.
La relajación y la falta de autoexigencia ha hecho su agosto entre nosotros. Es cierto lo que dices, pero todavía me asustan más los que son adictos al trabajo, creo que es una figura que horroriza en general, pero no sé si porque sea horrorosa o porque en el fondo no entendemos que alguien pueda entregarse totalmente a la faena bien hecha. En todo caso a mí me gusta elegir mis campos de autoexigencia.
Me encanta tu blog!
Te seguiré de cerca.
Un saludo
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