Recuerdo la primera versión que instalé de Messenger ahora hace de aquello diez años. Lo más sorprendente es que apenas tenía contactos y tampoco podía hacer proselitismo entre la gente: eran tan pocos quienes tenían un módem para conectarse a Internet. Los pocos contactos proporcionaban largas y amenas charlas.
Lo cierto es que en una década han ocurrido tantas cosas en el aspecto tecnológico que es difícil reconocer los primigenios pasos de instrumentos como el MSN. Eso sí, al principio era legible lo que aparecía en el Messenger, algo que dudo ahora sea igual con tanto ‘emoticons’.
3 apostillas:
la mayoria de las veces me sacan de mis casillas....
Yo encuentro entretenidos y hasta útiles los emoticons, siempre que sean un complemento de la comunicación escrita y no un substituto que termina por limitarla.
El asunto del messenger y su evolución como parte de nustras vidas es un tema que bien vale la pena meditar.
Saludos.
Yo recuerdo que tenia un amigo escritor, un tanto filosofo y que pasabamos horas hablando
Ahora tengo muchisimos contactos pero ya hace tiempo que no hablo con nadie.
La verdad es que los emoticones acabaron mis charlas por el mesenger.
Pero a los que mas odio son a los que se mueven
y a esos que saludan con sus manitas me dan ganas de exterminarlos
Publicar un comentario