Kenneth Gergen afirma que «cada uno es una metáfora para los individuos con los que entablamos contacto. Ellos nos suministran imágenes de lo que implica ser una persona auténtica, y al incorporar sus modalidades de ser nos convertimos en sus sucedáneos, en metáforas de su realidad».
El juego de imágenes en nuestros días se ha hecho tan complejo que somos un reverberación de un yo abrumado.
6 apostillas:
seré metáfora de alguién?
si es así, pobre persona...
besos
Siempre iluminando, Francisco: comprendo ahora por qué me encuentro escamas, solapas, cordones, alitas... Y por qué sigue mi angustia empeñada en desvelarme quién soy yo. Cambiaré la pregunta: ¿quiénes son ellos y cuál es su formación literaria?
Hoy mismo voy a practicar con mis alumnos las metáforas: ¡que al menos se conviertan en poetas!
Un abrazo
Yo me he encontrado con más personas metonimia que con personas metáfora, pero hasta el último día no sacaré mis conclusiones.
Por ese yo abrumado que a veces se desembaraza y canta o ríe gozosamente.
y de paso subismos nuestro ego a costa de otros
Y de tantas imágenes acabamos por ver sólo destellos de luces de uno mismo. Qué lío.
Besos lunáticos, como no.
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