Estaciones

5.11.08



Rimbaud odiaba el invierno porque decía que era la estación de los burgueses. Cuando bulle la sangre en un cuerpo joven el recogimiento parece una prisión. En cambio, templada la vehemencia, es en la meditación donde se amplían los horizontes mentales.

6 apostillas:

Joselu dijo...

Me encanta el invierno, con una estufita y con frío en el exterior. Ese recogimiento me lleva a meditar.

M. Domínguez Senra dijo...

Y es bien cierto, además de lo que diga Rimbaud -que suele ser implacable, no como o t r a s-, que los burgueses de manual tienen aversión al calor, porque además obliga a ir despacito y a comer frugalmente, y a dejarse vivir.

El yoga o el taichi son esencialmente unas técnicas para poner el cuerpo en la disposición adecuada para poder meditar. Y el pensamiento también lo propicia el peripatetismo o paseo, mientras que a veces perseguir la quietud con la quietud lleva a un nerviosismo muy característico. No sé si me explico.

simalme dijo...

Sí, con resfriados y estufas...

Lu dijo...

mmm... yo soy más de calorcito!

Juan Poz dijo...

Lo de templar la vehemencia es muy goethiano, el que prefería la injusticia antes que el desorden... Dejemos que la vehemencia encuentre su propia serenidad, no la embridemos...

3'14 dijo...

Ni el clima ni la edad creo que tengan que ver en esa influencia, es algo más propio de las circunstancias personales y el carácter de cada uno.