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20.5.08




La palabra de origen árabe sama indica una escucha interesada y atenta a los sonidos para que penetren en nuestro interior y nos hagan vibrar hasta despertar la conciencia. Algo así como una lluvia que cala y nos humedece de conocimiento. En cambio qué impermeables parecemos, en tantas ocasiones, ante aquello que nos llega de otros.



3 apostillas:

Anónimo dijo...

Cada uno cree lo que quiere creer.

Joselu dijo...

Sí, a veces parecemos insensibilizados ante los sonidos que nos vienen de fuera, ante las palabras y las imágenes. Supongo que es una estrategia de supervivencia en un mundo demasiado lleno de estímulos contradictorios.

Isabel Barceló Chico dijo...

Parecemos, y lo somos. No escuchar es un mal de nuestros días. Saludos cordiales.