Vigarello, autor de Lo limpio y lo sucio, indicó que en tiempos de Luis XIV, las damas se bañaban, a lo sumo, dos veces al año. Sandor Marai en su libro Confesiones de un burgués refleja la tendencia de creer que «lavarse o bañarse mucho resultaba dañino, puesto que los niños se volvían blandos».
Ahora rodeados de geles, cremas y aromas nos es difícil imaginar cómo pudo ser el mundo, en un momento dado, donde aseados y desaseados mantenían una lucha. Hasta que los limpios, cuyo número era menor, amenazaron la supremacía de los libres del jabón.
6 apostillas:
Hay quienes opinan que la higiene llevada a sus extremos hace al cuerpo susceptible de sufrir alergias en mayor grado. Algo hemos ganado, pero también hemos perdido el contacto con el olor animal que era un importante elemento erótico en las relaciones sexuales. Se dice que hay esencias y perfumes que utilizan feromonas animales como modo de incitación amorosa. Colonias varoniles con hormonas de macho cabrío para atraer a la dama.
hasta que llego heno de pravia y nos dejó a todos oliendo a revolcón en el pajar.
Saludos
Como en otros aspectos, el exceso y la escasez de higiene son perjudiciales para la salud. El jabón en su justa medida, como el alcohol.
¡agua va! gritaban los guardianes de las cloacas, pequeños seres de energía concentrada que alzaban enseñas y ofrendas a la corte que remolcaba la mierda sin ensuciarse las manos
pues por una vez, ¡Ganó la minoria¡¡
Anda, pa que después digan que no se puede...
Shaludiitos
Aunque fuera fácil imaginarlo, yo personalmente prefiero no hacerlo.
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