Un argonauta encontró a una sirena y le prometió su amor. La sirena pensó que era una buena oportunidad para cambiar a una vida menos húmeda. El tiempo, en cambio, no le dio la razón. Las lágrimas anegaron cada día de su futuro.
Amor húmido
12.10.07
Un argonauta encontró a una sirena y le prometió su amor. La sirena pensó que era una buena oportunidad para cambiar a una vida menos húmeda. El tiempo, en cambio, no le dio la razón. Las lágrimas anegaron cada día de su futuro.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
10 apostillas:
Eso pasa por creer en promesas imposibles.
La corrompió el dinero y no pudo jubilarse.
y por no esperar el verdadero amor...
hay que ser pacientes y no pasa nada por estar solos
Muy bueno, me encantó.
No hay que creer en los cantos de los argonautas. Las sirenas vivían muy bien en sus islas encantando a los viajeros.
Solo una humeda sirena podría creer en la promesa de un hombre... Si seguimos así no nos quedará ningun credito.
Me encantó, pequeño, medido e injusto para la sirena.
Vanesa Aldunate
¡Cuántas humanas se han convertido en sirenas a fuerza de lágrimas...! Besos.
Merece la pena intentar arriesgar, cambiar, para conocer otros paisajes: montañas, valles, rios, desiertos aunque no nos lleven a buen "puerto".
Pues yo, de ella, le hubiera cortado la cola.
Publicar un comentario