Marcelino atraviesa por momentos espinosos en sus relaciones laborales. Me intereso por saber cómo le va.
–Por mucho que me odien –me dice– ¿tengo que odiarles yo? Nada les hice y nada sentí cuando les fue bien o mal porque me fueron intranscendentes. Uno es en la medida que se hace así mismo y si deja que otros le marquen el ritmo acaba con sus mismas dolencias. O peor porque no son las tuyas. Mi estrategia para sobrevivir es la indiferencia.
9 apostillas:
sin duda alguna ,esa es la mejor estrategia
yo deberia de aplicarme un poquitin el cuento
Extraña estrategia para sobrevivir. La indiferencia tiene connotaciones negativas. Hubiera preferido el distanciamiento que la indiferencia. No dejar que las cosas no nos afecten demasiado. La indiferencia roza lo pusilánime, el que todo de te dé igual, y no todo debe darnos igual. Quizás él se refiriera a la estrategia frente al mundo de lo laboral, pero ampliado a toda nuestra experiencia, lo encuentro muy pobre.
Dicen que la indiferencia es lo que más duele. Sin duda, es la estrategia de los más fuertes...
dicen que el opuesto del amor no es el odio, sino la indiferencia...porque cuando se ama o se odia hay sentimientos, pero con la indiferencia no hay emociones, no hay nada....
un saludo gradual
Me urge que me presents a Marcelino para que me enseñe ese truco, que a mí nada mas no me sale!
Marcelino se refugia en la indiferencia y acaba ignorando lo que sucede alrededor. Acaso es el último que se entera de lo que sucede en la escalera. Y a quién cojones le importa. Tal vez interviene desde la imaginación. Le confunde aquello que transciende el yo. Sabe como nadie que lo importante es sobrevivir.
Creo que se a lo que te refieres. Debes ser fuerte y quizás indiferente ante la infamia. Pero no es bueno ni saludable seguir ofreciendo eternamente la otra mejilla.... salud !!
Eso de tener dolencias ajenas debe ser de lo peor...
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