–¿Qué tiene más posibilidades de sufrir un pinchazo, un globo aerostático o una pequeña pelota de goma? –preguntó el maestro.
–Por su gran superficie el globo, sin duda –respondió el novicio.
–Así es el egoísmo en el ser humano, cuanto más se infla más fácil es de destruir porque tiene más flancos por donde puede ser atacado. Sé como una simple gota de agua que pasa desapercibida entre un millón de gotas de agua. Nunca como una nube inflada de vapor que el viento pueda borrar.
Y en ese momento el alumno se licuó.
8 apostillas:
En ocasiones, a los maestros también habría que desinflarlos.
preciosa enseñanza.
pero ante el egoismo preferiría evaporarme.
un abrazo
Que cierto! y cuánto se esto se percibe continuamente, en la Web abunda el ego inflado y la soberbia.
Licuación, me gusta esa palabra, remite a un destrozo previo.
saludos
Lilián
me encanta¡¡¡
que gran verdad jeje
me pasaré por aqui :)
saludos
.
pop goes the world.
posmópolis, santísima posmópolis.
y quiso ser una gota de agua feliz perdida en el infinito, al fin.
Además es costosa la reparación de esa explosión del ego. Cuesta muchos años de nueva adaptación.
El maestro le dijo que fuera como gota de agua...
Publicar un comentario