Escribir en un ‘blog’ es como hacerlo sobre la arena. Llegan las olas de los días y borran las palabras. Es un como anotar un comentario de naturaleza inestable. Un ‘post’ efímero y cambiante.
Así el mañana borrará las palabras que contenga este ‘post’ para que sean trascendidas por otras nuevas, igual que ocurre en el Universo donde todo va del orden al caos y viceversa, constantemente. Igual que un isótopo radioactivo este comentario se desintegrará para convertirse en un texto nuevo y nada de lo que fue le sobrevivirá.
5 apostillas:
Sobrevivir es una de las palabras más incomprensibles, paradójicas y perturbadoras que conozco...
Qué ridículamente breves somos...
Sí, por eso no vale la pena ponerlos luego en papel, por que son efímeos como los días.
Para eso están los recuerdos y nuestras mentes, para recordar todo aquello que una vez nos llamó la atención y nos gustó...
A veces tienes sorpresas y te encuentras a un lector de tu blog, al que desconocías, que te dice que se ha leído todas tus entradas desde el principio, que se ha leído algún libro de los que comentas y que ha creado su propio blog. A veces las palabras no son tan efímeras como parecen, quedan vibrando. Algunos comentarios recibidos han quedado archivados en mi memoria selectiva y los recuerdo con especial afecto. Por último quedan las relaciones que se establecen en la blogosfera que no dejan de ser interesantes. Sí, efímero, pero algo queda.
Siempre quedan guardadas en el archivo, a un click de distancia...
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