La llamada

25.12.05



Suena el teléfono.
—¿Sí? Dígame.
—Hola. Soy tu amigo Carmelo. ¿Cómo estás?
«Y este qué querrá ahora».
—Hombre Carmelo cuánto tiempo. Estoy bien. ¿Y tú?
—Yo también voy bien. ¿Cómo están las cosas en el curro?
—Bueno, no me puedo quejar, la verdad.
—No, mira te llamaba para pedirte un favorcillo. También para saber cómo estás, claro.
Me extrañaba que después de dos años llamara para saber cómo estoy.
—Tú dirás.
—Es para ver si me puedes dar los números telefónicos de unos contactos.
Tras una larga charla y el favor concluido, nos despedimos con la sensación de haber echado un buen rato de cháchara.
Al final pienso: «menos mal que existen los favores. Sin ellos cómo íbamos a saber de los viejos amigos».

El peso de una pluma

24.12.05



Una vieja leyenda de los pueblos del desierto, que remonta su influencia a la mitología egipcia, cuenta que el corazón de un amante debe de pesar igual que una pluma cuando le llegue la hora de su juicio. A mayor derroche más liviandad.
Si su peso vence el fiel de la balanza se hundirá en el infierno del olvido.

Pastillera



—Tomo pastillas para los vértigos, el tiroides, la tensión, el azúcar, la depresión, la circulación de la sangre, los gases, para poder dormir y alguna más para los dolores que tengo repartidos por el cuerpo.
—Abuela eres una drogadicta.
—Ay niña, no me digas esas cosas que suenan muy mal.

Zapatos


Hoy he abandonado mis viejos zapatos. Un millón ochocientos veinticinco mil trescientos cuarenta y siete pasos andados van dentro de ellos. Cientos de calles recorridas y decenas de veces el azar sorteado. Ahora descansan sin mis pies ya para siempre. Un nuevo adiós.

Obsesiones



Escuché en cierta ocasión decir a un poeta que sus temas obsesivos eran el amor y la muerte. Claro, igualito que el resto de los humanos.

Plática en la taberna

17.12.05


«Sospecha de quien diga de sí que es ‘buena gente’. Tener como concepto una conducta bondadosa de uno mismo encierra, al menos, un complejo poético al modo de la máxima machadina soy, en el buen sentido de la palabra, bueno».

Ley antitabaco


—Sabes que a partir del primero de enero no se podrá fumar en la mayoría de
espacios públicos.
— ¿Sí? Vale, tú echa tabaco que fumando se me quitan las penas.

Famosos


Leo (raíz de Leonor) que Hernán Casciari es un argentino que vive en Barcelona y se ha hecho famoso por escribir ‘blogonovelas’, entre otras la archifamosa ‘La mujer gorda’. Revela, entre sus respuestas, que recibe diariamente entre 20.000 y 30.000 visitas, pero con picos de hasta 100.000 (si es verdad, qué mal están repartidos los lectores). También descubre que hizo otra bitácora llamada ‘El diario de Leticia’ (ingenuo de mí que pensé era un texto republicano) para conseguir lectoras entre las amas de casa (que debe pensar que son tontas).
Visto lo visto, o mejor, leído lo leído, animo a los ‘blogueros’ que se quieran hacer famosos que titulen su diarios virtuales con cabeceras significativas como ‘El honor de Leonor’, ‘Fernando Alonso corre a lo bonzo’, ‘Con Operación Triunfo me atufo’, ‘El sodoku me vuelve locu’, ‘La PSP me hace sentirme tan bien’ o ‘La mujer en el espejo me va a volver un pendejo’.

El fondo y la forma

15.12.05

Sabemos la forma del corazón pero y su fondo ¿lo conocemos?

Mal de amores



Tengo un amigo que se queja de mal de amores. Siempre se lamenta de que no le va bien con las chicas. «Todos ligan menos yo», me dice. Y después remata su argumento con un «soy más desgraciado que el ‘Pupas’». Lo que te ocurre, le contesto, es que eres más delicado que los pavillos.
No sé a qué aspira mi amigo pero lo he visto descartar algunas mujeres que se han acercado a su vida en busca de algo más que sexo. Pero esta porque estaba rellenita, aquella porque era muy celosa, la otra porque es un poco pesada, la de más allá porque quiere un compromiso serio. Mientras está en la cresta de la ola no se acuerda de llorar pero en la bajada viene a mí como un perrillo con el rabo entre las patas.
Entonces es cuando más se le acentúa ese estado lastimero que amplifica el eco de su soledad. Lo veo envidar a los emparejados cómo si ese fuera el estado perfecto donde no se carece de nada: compañía, sexo, cariño.
Mi amigo es como un niño: siempre echa de menos lo que no tiene.

El asesino


«Este fin de semana he recorrido mil kilómetros. En el parabrisas llevo las señales de todas mis víctimas».

Magnetismo


Un estudio científico señala que los poetas y los artistas plásticos son más proclives a convertirse en ‘imanes sexuales’ que hombres de otras profesiones. Además, su creatividad y pasión los convierte en verdaderos fogosos amantes. Al parecer a las mujeres les atraen más este perfil de hombres: creativos, bohemios, incluso más desleales e infieles que el resto.
Así que chicos, manos a la obra. Hay que ponerse a escribir versos o crear obras de arte.

Contra la navidad

8.12.05


Comienza un mes infame lleno de citas en restaurantes, bares y lugares de ocio. Me lo confirma la agenda de una persona conocida que me muestra, de manera triunfal, cómo todos los días de diciembre los tiene ocupados por compromisos sociales.

Día 2. Cena oficial de la empresa. Casa de comidas ‘La cumbre’.
Día 5. Cena extraoficial con los más colegas del curro. Taberna Vieja.
Día 6. Comida familiar.
Día 7. Almuerzo compañeros de la peña.
Día 8. Fiesta de Inma.
Día 9. Invitación a la comida empresas del sector.
Día 10. Aperitivo con las amistades del barrio.
Día 15. Refrigerio en la vinatería.
Día 16. Reunión en el ambigú de Carmen.
Día 17. Fiesta de la asociación benéfica.
Día 20. Salida en parejas.
Día 21. Copas con viejos compañeros de estudios.
Día 22. Unas cañas para celebrar que nos ha tocado la lotería o para consolación porque no ha tocado nada.
Día 23. Copita de anís y polvorón en la portería del bloque.
Día 24. Cena de Nochebuena.
Día 25. Comida de Navidad.
Día 26. Café para comentar cómo fue la Nochebuena.
Día 28. Mariscada con los compañeros de la cofradía.
Día 29. Comida de un choto en el cortijo de Julián.
Día 30. Cumpleaños de Pepe.
Día 31. Cena de Nochevieja.
Día 31. Cotillón de Nochevieja.

La cultura romana nos legó una colección de imágenes inolvidables, además de apreciables avances humanísticos y técnicos. Uno de esos clichés que siempre me vienen a la mente es ese cuarto especial llamado vomitorium, donde acudían, tras darse un atracón, para poder seguir comiendo. Lo de estos días parecen variaciones sobre el mismo tema.

“Amor constante más allá de la muerte”

—El día que me muera te voy a echar de menos.
—¿Y no será al revés?
—No. Ya te extraño para cuando yo no esté y me faltes.

Tragicomedia



Tras dos hijos y mucho amor, su mujer un día lo abandonó. Habían sido cinco años de noviazgo y ocho de matrimonio. De repente se vio solo y entró en una crisis. Depresión médicos, psicólogos, terapia. Cuando todo parecía perdido se refugió en un café-teatro donde a diario actuaban humoristas. Un día se le escuchó decir: «la vida hay que tomársela a risa».

Persistencia


Teresa y Teresita son madre e hija. Dos mujeres condenadas a envejecer unidas. Cada noche las veo caminar cuando llevan a sus perros al parque y mantienen una conversación que parece un monólogo. No tienen parientes cercanos que las visiten y se relacionan poco con el vecindario. Asegurada la economía doméstica por el alquiler de unas tierras, pasan su tiempo dentro de la casa.
Cada noche me pregunto al verlas, dos figuras casi fantasmales perdidas en la oscuridad, qué convencimiento tiene la vida algunas veces que nos hace continuar adelante incluso cuando estamos derrotados.

Frío

4.12.05

Cubitos de hielo en el corazón.

Eternidad

En un árbol llamado ginkgo biloba, la cultura milenaria china y algunos expertos del empirismo occidental, han descubierto compuestos químicos responsables de hacer aguantar en pie esta planta durante cientos de años y resistirse a morir. La quimera de la inmortalidad envuelve la existencia humana con una película balsámica. En cambio la resistencia ante la muerte parece un gesto fútil.

Desafectos


Me encuentro con una chica cuyos padres se acaban de separar tras un proceso doloroso. En mitad de la tormenta, me explica, los hijos sufren del interés de sus progenitores por atraerlos hacia un lado del conflicto. «No piensan el daño que nos hacen porque tenemos el corazón dividido», refiere con los ojos vidriosos.Al final de la conversación, la chica concluye que igual que nos enseñan a querer deberíamos aprender a desquerernos de una forma sensata. La famosa sentencia: “hasta que la muerte os separe”, no ha ayudado mucho, me dice. El desamor tiene tantas opciones como su contrario.

Ruido de fondo

Una persona, sentada frente a la pantalla de su ordenador, escribe una palabra y le responde el eco de Internet. No estamos solos.