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Reversos

7.5.21



Si de ilusión también se vive, ¿se muere de desilusión?



Contrafáctico

30.3.21



La manera de entender el mundo es tan diversa que alguien puede estar viviendo junto a ti en una realidad paralela.



Fallo

1.2.21



No estamos condenados a muerte: nos sentenciaron a vivir.



Calidad

5.1.21



¿Vive más quien piensa más?



Cascadas

4.12.20



Anhelamos vivir sin sobresaltos como si la vida no fuera una caída libre vertiginosa.



Rifados

27.10.20



Vivimos porque nos ha tocado. El entusiasmo y los buenos momentos llegaron después. 




Verificados

26.6.20



Vivir es, posiblemente, lo mejor que nos ha pasado.



Venganza

9.6.20



¿Vivir bien es el mayor desagravio contra el mundo hostil?



Orwelliano

20.3.20



El mundo será post coronavirus y habrá que aprender a vivir de nuevo.



Salmodias

4.3.20



Recordamos a los muertos cuando se mueren, nunca cuando están viviendo.



Sedaciones

11.1.20



A veces te duele tu existencia, a veces te puede doler hasta sentirte muy feliz. Te puede doler el miedo y hasta la luz del sol, el dolor ajeno y hasta el que nunca existió. Y el único analgésico para ello es vivir, respirando hondo y sin parar de andar, mirando todo cuanto nos rodea y apreciando en valor de ese momento infinitesimal.



Tomografía

21.10.19



En ocasiones me pregunto, te pregunto: ¿valió la pena vivir? Esa es la interrogación clave que debemos hacernos. Igual que un contraste yodado facilita la visualización de distintos órganos o fluidos de nuestro cuerpo para lograr un diagnóstico, esa interrogación nos analiza ante el mundo y ante nosotros mismos. Y ese contraste ¿valió la pena?, es donde nos observamos con agrado o desencanto, con dicha o infelicidad, vacuos o llenos de sentimiento, expresiones de nuestra ipseidad.



Quitarse de en medio

17.5.19



Sin saber cómo, hay quien se suicida del lado amable de este mundo para poder seguir viviendo.



Juego vital

13.3.19



Todos los días hay reparto de cartas. Nunca sabes si vas a tener una buena mano. Ayer el crupier de la suerte me entregó cuatro naipes: la prisa, la torpeza, la alegría y el enfado. No eran malas cartas, aunque había que saberlas jugar. 

Con la primera corrí a hacer todo lo que pude, aunque el tiempo andaba siempre más rápido que yo. La segunda me hizo detenerme y la tercera la guardé para el final y fue la llave para cerrar el día. Con el último naipe hice un descarte y me vino el comodín de la calma, así que gané esa mano. 

No siempre es así porque el azar baraja de forma caprichosa y te llega una mala ronda. 

Entre las cartas del mazo más apreciadas están el amor, la riqueza, la salud y las que nada gustan, la enfermedad, el sufrimiento y la muerte. No falta en el reparto la fama, la belleza, la falsedad, la valentía, la honestidad, la responsabilidad, el esfuerzo, los sueños, la reflexión, la empatía, la sensibilidad, el odio, la justicia y su falta, el daño o la solidaridad. 

A mí me gusta jugar con la amabilidad, el respeto, la imaginación y la ternura. 

Es el juego de la vida y hay quien hace trampas, unas veces ilícitas, otras casi necesarias, quien guarda un as bajo la manga, quien va de farol y hasta quien lanza un órdago. Y no falta quien lo arriesga todo a una sola apuesta. 

A ver qué naipes me reparte hoy la baraja de vivir.



Ungüentos

26.2.19



Frente a los desengañados y su honda amargura, contra el resentimiento por el fracaso, la hermosa resistencia del gusto por vivir.



Protagonismos

15.2.19



A veces cansa tanto vivir una vida en primera persona.



Intuiciones

25.1.19



La verdadera inteligencia es la que nos exige vivir como si este fuera el último momento comprometido con aquello que amamos.



Transportados

19.1.19



El tráfago de vivir es quien nos lleva de un lugar a otro del tiempo sin que nos demos cuenta.



Inconformismo

19.12.18



Siempre me ha emocionado vivir. No sé qué voy a hacer cuando me muera.



Deformaciones

18.12.18



Si aceptamos que vivir es una oportunidad única e irrepetible del ser, solo nos cabe aprovechar esa circunstancia de azar biológico y compartir lo mejor que tenemos. Una vez desaparecidos no cabrá ninguna especulación, de ahí la ilicitud de desvirtuar la existencia.