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Inefable realidad

24.9.13



—¿El mundo que nos revela?
—El hombre sólo descubre en el mundo aquello que ya tiene en su interior, pero necesita del mundo para desvelar lo que tiene dentro de sí.
—¿Qué óptica nos hace falta para ver eso
—Sólo los artistas y los niños ven la vida tal como es.
—Porque miran hacia lo desconocido.
—Y crecen niños con ojos profundos, que nada saben, crecen y mueren, y prosiguen los hombres su camino.
—Cada uno a su manera.
—El tono personal lo es todo. Quien no se atiene a él, renuncia a su libertad interior, que es la única que puede hacer posible la obra.
—¿Se renuncia por prejuicio?
—El más peligroso de nuestros prejuicios reinado en nosotros contra nosotros mismos.
—Es como no lo tomemos.
—Una pluma se puede convertir en una piedra, dependiendo de la mano.
—Hay que conocer y reconocerse.
—Cualquier nuevo conocimiento provoca disoluciones y nuevas integraciones.
—¿También los más sencillos?
— Las personas de carácter simple, sin complicaciones, son difíciles de entender.
—¿Es un problema de la lengua?
—En ese momento he sentido con certeza, no exenta de un punto de dolor, que quizá me fuera dado, no sólo escribir, sino también pensar, no es el latín ni el inglés ni el italiano o el español, sino una lengua de cuyas palabras ni una sola me es conocida; una lengua en la que las cosas mudas me hablan y en la que quizá un día en la tumba tendré que rendir cuentas a un juez desconocido.
―Suena a eternidad.
―La edad del hombre, visto desde dentro, es la eterna juventud.