Alunizaje

25.10.20



Selene acudió ese lunes al comercio donde trabajaba, una franquicia de ropa usada en días de plenilunio. Aquella mañana la imagen de una lunática había quedado atrapada en las lunas del probador. Selene alucinada por la escena llamó un perito en lunas para que pudiera sacarla de la situación de creciente tensión. Una marea de clientes abandonó el local inundando la calle con el consiguiente lunar para el negocio propiedad de un tipo a quien apodaban el Hombre Lobo. Todo acabó cuando un eclipse oscureció esta narración.



2 apostillas:

Albada Dos dijo...

La lunática inspiración. Muy ocurrente.

Un abrazo

Joselu dijo...

Brillante microrrelato selénico con alusión a Miguel Hernández incluida, buena intertextualidad.