—Soy una persona enferma, ni entiendo el mundo ni lo que me pasa —le confesó a su compañero de trabajo—. Después colocó en la banasta un aguacate cogido del árbol.
—Siempre te estás quejando —respondió con desgana el acompañante mientras cargaba con tres pesadas cestas del fruto que recolectaban.
—No te lo digo en serio, padezco una de esas enfermedades raras.
—A ver qué te ocurre.
—Padezco un trastorno tripolar.
—¿Y eso? —preguntó sorprendido.
—Sí, que unos días estoy bien, otros días mal y otros no sé qué me pasa, porque no estoy ni bien ni mal.
—Pues será que estás normal, igual que todo el mundo.
Alterados
28.10.20
Etiquetas: aforismo dialógico, trastorno, tripolar
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2 apostillas:
jaja, rizando el rizo. Un abrazo
Así me siento yo desde que han cerrado los bares, pienso que no acabará conmigo la pandemia sino la tristeza.
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