Fragancias

13.7.19



Cuando siendo tan joven me dio por imitar los versos de César Vallejo, escribía deleznables poemas de aprendizaje y me sentía el poeta mismo, en su hondura y desesperación existencial. 

Hoy al releer de nuevo al maestro peruano me vuelve el aroma de esa época imperfectamente humana, surrealista y libérrima, pero es solo su perfume porque el tiempo se evaporó.

3 apostillas:

mailconraul dijo...

Todo se pierde, pero eso no quiere decir que no haya lugar para lo inimitable.

Juan Poz dijo...

A mí me dio, confidencia por confidencia, por escribir un remedo de "Así hablaba Zaratustra", "El ILuminado", creo que se llamaba... En fin..., falta espesor para el tupido velo...

Joselu dijo...

La desesperación existencial ya no existe. Ya no nos preocupa el sinsentido de la existencia y el dolor. No hay nada que no se arregle con una buena tarjeta de crédito, un viaje low cost o una sesiones de psicoterapia. César Vallejo es propio otro mundo, efectivamente en que no todo era ideología light.