Nunca había mirado la Luna como aquella noche. Sentados a la puerta de casa para aprovechar el relente después de otra larga jornada calurosa de julio y mientras los mayores discutían sobre la veracidad de aquella proeza humana, trataba de ver a simple vista a los astronautas saltando por la superficie del satélite, entre la curiosidad de saber cómo sería andar sin gravedad y la aprensión de haber viajado tan lejos, rodeados de tanto espacio vacío. Me fui a la cama con un poco menos de inocencia.
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3 apostillas:
Yo también recuerdo esa noche, en la que me fui ala cama tras espiar el comedor, donde estaba la tele en blanco y negro. No sabía si era realidad o una película, pero sospeché que lo primero
Un abrazo
Yo sospecho lo segundo. Siempre fuimos inocentes además de ingenuos.
Maravillosos días de julio del año 69 que recuerdo muy bien, eso y la música de los Beatles o Simon y Garfunkel. Me sigue asombrando la proeza de haber llegado a la luna. He leído que colaboraron más de cuatrocientas mil personas en el proyecto de pisar la luna. Eso y una ingente inversión en decenas de miles de millones de dólares para lograrlo. Me gustaría ver de nuevo, ahora que la tecnología es infinitamente superior, que volviéramos a hacerlo. Era la década prodigiosa y a fe mía que lo fue.
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