—Recuerdas aquellos versos que preguntaban: «¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? ¿Nunca se ha de decir lo que se siente?»
—Sí, algo así me recuerda a aquella otras frase de Unamuno: «siente el pensamiento, piensa el sentimiento.» ¿Por qué lo dices?
—Últimamente escucho con frecuencia que hay que ser valiente y no tener miedo.
—Mira en este mundo cada uno cuenta la película según le va y canta la canción que más le conviene.
—Entonces no crees necesario derribar los muros que levanta la hipocresía.
—No. Si vas a cara descubierta por la vida el que se estrellará con un muro serás tú.
—Y el atrevimiento y la valentía, dónde quedan.
—No lo sé. Lo normal es que quien predica tanto arrojo, en el fondo, sea quien más pensamientos esconda en favor de sus intereses o por verdadero miedo.
5 apostillas:
triste che, bastante triste, cada vez somos menos...
Decía Sabina, que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena... o algo similar
Ya no somos valientes ni con el que nos mira al otro lado del espejo...
Besos de lunática en martes.
Una de las verdades a mi juicio inobjetables es que no hay amistad ni relación que soporte un grado elevado de sinceridad. ¿Decir lo que se siente? Eso es un galimatías. A nadie le interesa la verdad. Nada hay más inosoportable que alguien que se considere con la posesión de la verdad para juzgarte. A nadie le interesa la verdad, ésta es poco práctica. No sé si esto legitima en cierta manera la hipocresía, pero es que sin ella no podríamos vivir. Y es mejor así. Siempre que he intentado decir "la verdad", mejor me hubiera callado.
Dice Machado:
"La libertad no es decir lo que se piensa, sino pensar lo que se dice."
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