Estilos

28.12.08



La construcción del relato diario donde somos protagonistas habría que adjudicarla a una voz ajena, a un narrador de estilo impersonal. Sólo por escuchar un discurso desnarrado

6 apostillas:

Anónimo dijo...

Como los demás deban de hablar
de mi, estoy perdido maestro

3'14 dijo...

Entonces sería más que probable no reconocernos en la propia historia.

M. Domínguez Senra dijo...

Ah, ¿pero no era así?

Joselu dijo...

Cambiar el yo por el él, qué placer. Sólo hace falta encontrar a ese narrador flaubertiano y ser un personaje, espero que no de Bouvard y Pecouchet.

simalme dijo...

Pero lo que en realidad diferencia cada relato es esa voz particular.

V a v o dijo...

Y luego de escuchar atentamente, llegar a la conclusion que el relator esta boracho y no sabe lo que dice.