Sinergia azarosa

2.12.08


―Si pido lluvia y se me da sol, si ruego sosiego y se me da intranquilidad. Si silencio, ruido. Qué puedo esperar del destino: ¿su absolución?
―Dios le da habas a quien no las puede roer, dice el refrán.
―El azar pone boca arriba los acontecimientos. Y ya nunca volvemos a ser los mismos ―planteó con un aire de decepción―.
―El que no se consuela es porque no quiere.

5 apostillas:

Marta Domínguez Senra dijo...

Sí, y siempre llueve sobre mojado y si naciste para martillo del cielo te caen los clavos. Discurrimos, como decía la poeta muerta, en la tríada: "Miratge, mirall, miracle" (espejismo, espejo, milagro). El azar es una perversidad, un refinamiento del destino.
Me gusta ese diálogo entre alguien que regurgita y alguien que eructa, con perdón.
Un beso grande ande o no ande.

Joselu dijo...

Sólo falta aquello de "no somos nada", y meternos en la taberna a celebrarlo con unos chatos de vino tinto y unas olivas.

3'14 dijo...

De nuevo el azar. Ese que trunca los planes, que irrumpe sin avisar, sin ser invitado, luego, es mejor vivir sin esperar nada, ni del destino, ni del mismo azar y por descontado, olvidar el consuelo porque es una forma ingrata de despreciar lo que se tiene.

Yo conocía el refrán de esta forma: Dios da pan a quien no tiene dientes.

Anónimo dijo...

a veces consolarnos es parte de nuestra labor en la vida.
Contrariedades que nos llegan a hacer pensar el porque nos llega algo cuando necesitamos lo contrario.
Saludos.

Kim Basinguer dijo...

A veces es difícil encontrar consuelo.