Disconformes

23.12.08



―La infidelidad deriva de la insatisfacción. Los humanos nunca están conformes con nada.
―A excepción de los conformistas que todo lo aceptan.
―Ni éstos, incomodados con ser poco resignados. El quejido es perpetuo en los seres humanos. En todas las épocas echa de menos lo que no tiene y cuando, en plenitud de forma lo tiene todo, apenas es consciente de ello.

10 apostillas:

Joselu dijo...

Cuando lo tiene todo, teme perderlo. Imagino que el estado de mayor perfección espiritual sería aquel en que no se tiene nada y nada se desea, pero esto en el ámbito del budismo se llama satori o estado de iluminación o profunda comprensión en que el ser es consciente de la inanidad de todo, y se concentra en el instante presente, sin anhelar nada, sin necesitar nada, sólo siendo.

Anónimo dijo...

No valoramos el presente, siempre pensando que el pasado fue mejor, o que el futuro nos deparará la felicidad, cuando en realidad, el presente es pasado y futuro a la vez, es la perfección del tiempo.

Un beso.

LIA

Beatriz B. dijo...

Muchas graciasss. Te encontré hace un tiempo pero ya no me acordaba... y el otro día te redescubrí y ya te enlacé para no volver a perderte.

Es verdad esto que dices, muchas veces no nos damos cuenta de todo lo que tenemos y lo afortunados que somos.

Susy dijo...

Hola Francisco,
para mí, la infidelidad es hermana de los celos y ambas "cualidades" se derivan de la inseguridad personal aguda, de cierto complejo de inferioridad y, por tanto, de ello se deriva una necesidad perentoria, en mayor o menor medida, de reafirmación en el exterior.
De cualquier forma no se puede generalizar pero lo que digo está tipificado jurídica y psiquiatricamente.
Otra cosa es "echar una canita al aire" jejeje, que es cosa circunstancial.
Un abrazo muy fuerte, amigo, gracias, muchas, por tu felicitación y mis mejores deseos para el nuevo año 2009 y para siempre.
Hasta siempre.

3'14 dijo...

Tienes mucha razón. Constantemente lucho para recordarme de lo que tengo, pienso que es mejor valorarlo mientras se tiene que una vez se ha perdido, pues las lamentaciones no son más que obstáculos para conseguir alcanzar nuevos objetivos (o recuperarlo)

Juan Poz dijo...

¿No nacerá también de la curiosidad, del afán de novedad, de la sed de experiencias? La aventura es engolfarse en el azar, en la rueda que nos lanza hacia lo desconocido. Sí, está en nuestra naturaleza, la infidelidad. Otra cosa es la represión para no perder lo que se tiene, cuando tan precioso es.

Cervecerix dijo...

Leí en algún lugar una extraña paradoja: de la novedad el ser humano se cansa en breve, sin embargo a la rutina se acostumbra y la alarga, llegando a tal extremo que su rotura hasta le sorprende. No tenerlo lo convierte, supongo, en motivo de deseo con lo que al poseerlo pierde su más preciado don: la, supuesta, inalcanzabilidad. O como diría un amigo mío: esto ej como la virginidad, los que la tienen la quieren perder y los que la han perdido andan locos buscándola ;)

Felices fiestas fmop!!!

Cerv.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

A veces es verdad que no valoramos
en su justa medida lo que tenemos,
no le echamos cuentas hasta que
algo quiebra y rompe nuestro
estado de bienestar.
muy bueno, como siempre maestro.

Gaixo dijo...

Lo más triste del mundo es que tu chica te sea infiel, con el chico que decidiste cambiar para hacerla más feliz.
Llega un momento en que has cambiado tanto, que no te pareces en nada al chico del que se enamoró.