Debemos andar solos el camino y cruzar el desierto, aunque con suerte podamos coincidir con alguna alucinación que comparta destino.
Sentirse vulnerable es un mal asunto porque nos rompe la imagen de la inmortalidad.
Podrá desaparecer aquello que amamos pero nunca el amor sentido hacia lo que quisimos.
Existen cosas que solo pueden ser contadas desde una complicidad empática absoluta.
Tras el ascenso al declive de la vida solo nos salva mantener una cierta dignidad.
Como un pájaro desguarnecido que busca refugio en la tormenta, temeroso y solitario, tal es el transitar humano.
Dicen del amor que es la concordancia de dos personas cuyos sentimientos vibran al unísono.
Siempre ando observando a esa persona que llevamos dentro y que vagabundea de un lugar a otro bailando, cantando, viviendo esas otras vidas que nadie conoce.
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