Inabordables

20.4.24


El corazón no es una fortaleza inexpugnable porque siempre puede volver a ser conquistado.



Estertoreas

19.4.24


Cuanto más eco adquieren las palabras más ruido provoca su reverberación.



Inconsistentes

18.4.24


Abrumado ante la eternidad, el ser humano es cada vez más complejo y más frágil.



Recolectores

17.4.24


Cultivas lo que amas.



Desasidos

16.4.24


Perdemos tantas cosas en el camino que nunca deberíamos desprendernos del sentimiento de querer.



Estadio

15.4.24


El entusiasmo es la adolescencia del pensamiento.


Flotabilidad

14.4.24

Entró en el agua parsimoniosamente, comprobando que cada centímetro de su cuerpo se sumergía y notaba una temperatura distinta. Su piel se iba envolviendo de una acuosa realidad, hasta que sumergió todo su cuerpo en el líquido cristalino de aquella inmensa pila bautismal. A continuación se tumbó, flotando y dejándose llevar a merced del fluido.

Con los brazos y los pies extendidos, pensó que aquello era como flotar en el líquido amniótico donde una vez estuvo. «Mi yo, el azul infinito…», susurró. Se sentía fuera del mundo, pero dentro de él, entre un fondo infinito abajo, todo negrura, y otro fondo infinito arriba, todo azul.

Después especuló dos o más veces en entrar y salir de este mundo o quedarse allí, para siempre flotando como flota un astronauta en el cielo espacial. Igual que las ideas flotan, igual que los globos que levitan disfrutando como fantasmas que flotan sobre la tierra.

«Así es mi vida o mi posible vida o las vidas vividas o las vidas no vividas, tan solo una posibilidad de flotar hasta que te hundes, hasta que te vas al fondo, hasta que te asfixias, hasta que no te recuperas, hasta que no sales más a flote…», reflexionó. Fue entonces que sintió que su corazón era de plomo y que, si se iba al fondo un día, llegaría otro que lo podría reflotar.

De repente, una ola inesperada la volteó y la hundió por completo. Tragó agua salada y experimentó un pánico momentáneo, pero luego se calmó y se dejó transportar por la corriente. Se hundía cada vez más, hacia la oscuridad de lo profundo. Sin embargo, no sentía miedo. En la oscuridad, vio una luz tenue que la guiaba. Nadó hacia ella con todas sus fuerzas y, al final, la alcanzó.

Salió a la superficie jadeando, con el corazón palpitando con fuerza. Miró a su alrededor y vio el cielo pálido, las nubes blancas y el sol brillante. Sonrió. Había vuelto a flotar.



Desatenciones

13.4.24


Cuando veas que nadie se apura ya por ti es un buen momento para comenzar de nuevo.



Estimaciones

12.4.24


Solo merecemos ser sinceros con quienes albergan sinceridad.



Precedencias

11.4.24


No por mucho madrugar se cumplen los sueños más temprano.



Sordinas

10.4.24


Como en cine mudo, no escuchamos el ruido sordo de este mundo estridente.



Derramamientos

9.4.24


La ternura es un sentimiento que necesita expansibilidad.



Lanzados

8.4.24


El corazón, igual que un paracaidista, siempre dispuesto para saltar al vacío.



Brote psicótico

7.4.24


Ha muerto Nicolás. Nadie le ha llorado. Vivía solo desde que falleció su progenitor. Aún recuerdo cuando caminábamos juntos hacia el colegio con apenas siete años. Siempre me contaba historias sobre lo que quería ser de mayor, que trabajaría en el banco como su padre. Y así fue que comenzó de botones siendo poco más que un adolescente. A veces me lo cruzaba con su elegante traje abotonado y sentía una pizca de envidia, trabajar en un banco tenía un cierto prestigio social.

Pasados los años y con mi vuelta a casa tras acabar la Universidad me crucé con él y no me reconoció. ¡Nicolás!, le grité y entonces se giró. Lo miré a los ojos y había perdido la mirada de siempre. Entonces me identificó y pronunció mi nombre. Luego continuó caminando con rapidez y moviendo los brazos con aspaviento. Era como si algo se hubiera roto dentro de él, algo que lo condenó durante décadas a deambular diariamente por la ciudad sin un destino. Desde entonces y hasta su muerte ahora, no volvió a ser quien conocí y a quien le auguraron un buen porvenir.

El cuento de su vida es una historia triste, como tantas otras, que no habría que contar.



Agotamientos

6.4.24


Cansa más al cuerpo el ejercicio emocional que el físico.



Confundidos

5.4.24


Para no llevarme a engaño cuéntame tu verdad.



Fluir

4.4.24


Lo que de verdad importa no es lo que verdaderamente nos mueve.



Intutitivos

3.4.24


Siempre le he achacado una cierta torpeza a mi cerebro. En ocasiones pienso que no es tan inteligente como me gustaría y siento admiración por las personas geniales, capaces de mejorar el mundo con sus ocurrencias.

En este análisis de los procesos mentales me pregunto de dónde saca mi cerebro las cosas sin ser yo tan listo, sin ser tan ilustrado, sin tener una formación de alto nivel. Cuando esto me viene a la cabeza acudo a un buen pretexto: la intuición. Siempre que puedo digo que soy muy intuitivo.

Pero resulta que esta herramienta mental es un baile entre lo consciente y lo inconsciente, no un ente mágico, sino un producto de la experiencia, la memoria y la capacidad de anticipar el futuro. Y si es así mi cerebro me engaña o me oculta parte de sus planes.

La intuición opera como un atajo, permitiendo tomar decisiones rápidas sin necesidad de un análisis consciente exhaustivo. Se basa en patrones aprendidos del pasado, conexiones neuronales inconscientes y emociones que actúan como señales.

Aunque intuitiva, la intuición no es un proceso exclusivamente inconsciente. Estudios sugieren que la actividad cerebral consciente precede a las decisiones intuitivas, lo que implica una colaboración entre ambos niveles.

La intuición permite ir más allá de la lógica y la información explícita. Es un instrumento poderoso para completar la información que tenemos, detectar patrones sutiles y tomar decisiones en situaciones ambiguas.

Tampoco es un don innato, sino una habilidad que se puede entrenar y perfeccionar. La exposición a diferentes experiencias, la reflexión sobre nuestras decisiones y la atención a nuestras emociones son claves para fortalecerla.

La intuición es un proceso dual que involucra tanto la consciencia como el inconsciente, y se puede entrenar y perfeccionar, algo que me ha salvado en más de una ocasión pero me ha hecho naufragar en otras.



Desaprecios

2.4.24


Aquello que se fue y que apenas miramos hoy es el fulgor de la nostalgia.



Recusaciones

1.4.24


No se aceptan las reglas que han sido impuestas.