Tradición

Desde que Pantagruel no había vuelto a la comida de Navidad, como hacía cada año, aquella casa no era la misma a la hora de celebrar las fiestas.

Forense

Recibió el primer cadáver cuando pasaban unos minutos de la medianoche. Le resultó tan familiar el finado que brindó con él por el Año Nuevo.

Delincuentes

Aquellos tres hombres estaban en la cárcel acusados de ilusionar a niños para hacer negocio con el dinero de sus padres.

Nochenueva

En aquel país no celebraban la Nochevieja. Habían decidido festejar las trescientas sesenta y cuatro noches restantes del año.

Caridad

Cada Navidad realizaba una buena acción y este año había decido mirarse en el espejo.

Jam sesión

Entretenidos en un albergue de montaña tocaron y cantaron villancicos hasta el amanecer, momento en el que descubrieron que quien hacia los coros no era otro que el abominable hombre de las nieves.

Dulces

Se comió un mazapán con figura de pez y la raspa se le quedó atravesada en la garganta.

Navidad caníbal

La cena familiar aquel año tuvo un menú especial. Se comieron los unos a los otros.

Cuento

Vino a visitarle el espíritu de la Navidad, vestía traje de marca, viajaba en limusina y era dueño de una cadena de centros comerciales.

Mensaje real

En su tradicional mensaje de Navidad, el rey sólo realizó una petición: que le corten la cabeza. Y reinó sobre un país de descabezados.

Premonición

Sentado frente a la chimenea el fuego le contó el cuento del pirómano que incendió su casa.

Amores que matan

Lo amó tanto que el muñeco de nieve se derritió entre sus brazos.

Estación

Era un cuento de invierno sombrío, helador. Todo el que lo leía se quedaba frío.



Pdt.-Bajo la etiqueta de ‘Cuentos de invierno’, esta semana y la siguiente estarán dedicadas a la publicación de micro cuentos, dado los días que se avecinan y como es tradición en esta bitácora. Que este tiempo os sea leve.

Evasión

Encerrado en el laberinto de su cabeza no encontró salida.

Cronometrados

Decía Marguerite Duras que «el mejor modo de llenar el tiempo es gastándolo». Quizás no gastamos el tiempo ya que más bien es el tiempo quien nos gasta a nosotros.

Inexpertos

«No es la justificación lo que anima a dar explicaciones sino más bien la impericia de quien las reclama», argumentaba el retórico Filisco de Mileto. Lo que socaba el mundo no es la pericia sino la torpeza.

Torre de Babel

Según la Ley de Poe, un aforismo planteado en un foro de Internet al que no acompañe un guiño o indicación que lo aclare, es difícil o imposible distinguir entre una idea religiosa o política extrema y la parodia de ese planteamiento. El ciberespacio a veces se me antoja como una inmensa Torre de Babel.

Aplomo

¿Es la serenidad producto de aceptar el desasosiego?

Desde el puente

—Me maravillo de lo que he conseguido no ver.

—Tan importante como lo que se vio.

—A falta de saber, escribo.

—Y duerme tan tranquilo.

—No me remuerde la conciencia, sino estar consciente.

—Eso es quererse a sí mismo.

—El hombre es un egoísmo mitigado por una indolencia. 

―En eso se resume.

—Odiamos lo que casi somos. 

―¿Y qué somos señor Pessoa?

—Somos avatares de la estupidez pasada.

Flotabilidades

Alguien me señala, con cierto halo de amargura, que la vida es un asco. Sin quitarle la razón, le digo que si nadamos entre tanta porquería no es para no ahogarnos, sino por mantenernos a flote el mayor rato.