Crimen pasional

13.3.22



Había pasado el día desterrando cualquier hilo de suciedad y limpiando hasta el último rincón, para que todo quedara reluciente, impecable e impoluto. Al culminar el trabajo, sentada, suspiró. En ese instante, su marido cruzó la casa con las botas embarradas y un aire de borracho estrambótico. Los informativos lo adjetivaron como crimen pasional.




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