Antipoética
15.7.19
No existe la palabra poética, en todo caso vivirá una poética de la palabra. Esa pátina invisible que cubre cada vocablo poetizado, cada acción lírica.
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Escribimos para no dejar de ser quienes somos.
G. Deleuze:
«Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo...»
Thomas Szasz:
«Si tú hablas a Dios, estás rezando; si Dios te habla a ti, tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan, eres un espiritista; si tú hablas a los muertos, eres un esquizofrénico»
Marco Aurelio:
«Toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo»
Albert Camus:
«La gente nunca está convencida de tus razones, de tu sinceridad, de tu seriedad o tus sufrimientos, salvo sí te mueres»
Charles Caleb Colton:
«Hasta que hayas muerto no esperes alabanzas limpias de envidia»
León Tolstoi:
«A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa»
Voltaire:
«La duda no es un estado demasiado agradable pero la certeza es un estado ridículo»
Mahmoud Al-Tahawi:
«La perfección es el pecado de los vanidosos. La torpeza la virtud de los indefensos»
Fénelon:
«Huye de los elogios, pero trata de merecerlos»
Antón Chéjov:
«Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio»
Bukowski:
«Que no te engañen, chico. La vida empieza a los sesenta»
3 apostillas:
Hoy nos lo has puesto difícil. He leído tu post cinco o seis veces y ciertamente no entiendo su sentido. Creo que es confuso e incierto. Niegas que exista la palabra poética, pero si crees que existen vocablos poetizados. No entiendo qué diferencia hay entre palabra poética y poética de la palabra.
Ayer pasé la noche con unos conocidos cuya conversación me aburrió soberanamente. Palabrería, verborrea insustancial, eso que tanto me enfada. En su casa solo había un libro, una enciclopedia apoyando la pantalla de la televisión. Era buena gente, muy buena y me trataron muy bien, incluida una tortilla de patata espléndida y morcilla de Aragón muy buena, pero yo me daba cuenta que no habían leído un libro en toda su vida. Pero su vida era plena, satisfactoria y en muchos sentidos más feliz que la mía. Entendí que en su cháchara no había dimensión poética ni literaria, algo que les resultaría algo incomprensible. En mis expectativas está, efectivamente, la poetización de la palabra. Reducir la palabra a un listado interminable de anécdotas me subleva. ¿Cuándo empezamos a convertir la palabra en algo poético? Yo lo necesito para sobrevivir, necesito la poesía en mi vida, pero, Paco, quien vive sin ello no lo necesita para nada y su vida es absolutamente plena con el coche de último modelo y la cotidianidad. Pienso que algunos estamos enfermos por necesitar algo más. Moriremos igual y probablemente habremos sido menos felices que los que no. Pero es una sed insaciable de poesía la que nos mueve. No entiendo demasiado tu post, creo que es un post fallido, pero ha dado pie a que te haya expuesto algo que trasciende la cotidianidad y el nivel digestivo que, por cierto, también es importante como comprobamos en el restaurante García. Pero vivir sin alimentar el alma para mí es la peor tortura. Sé que me entiendes.
A veces el alimento del alma se convierte en diarrea (o verborrea) sentimental. El corazón es más feliz con la inanición y la miseria que con cualquier otra abundancia.
En la Trilogía de Apu se ve claramente lo que significa la palabra poética y la poética de la palabra...; y luego está la enseñanza clásica del Eclesiastés: quien añade sabiduría, añade dolor... Si bien lo considero, ningún otro libro ha ejercido sobre mí una influencia tan grande como lo hizo ese, y, poco después, la traducción y explicación de Heráclito a cargo de Rodolfo Mondolfo...
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