Seguridad

2.6.19



Entra un ladrón al establecimiento con el rostro tapado y empuñando un arma blanca. Los ojos de la dependienta expresan el miedo atenazador del instante que parece transcurrir a cámara lenta. El caco le pide que le entregue lo más valioso que haya en el comercio. Ella accede y le entrega un espejo sin fondo donde cae y desaparece.



4 apostillas:

Albada Dos dijo...

Genial ese final. La dependienta vale un potosí

Un abrazo

Juan Poz dijo...

¡Uno para cada uno de nuestros políticos narcisistas! ¡Ya!

Joselu dijo...

Un juego de espejos que tiene como elemento acuático la literatura.

mailconraul dijo...

Es valioso porque no es ornamental, y tan pragmático como un atrapamoscas.