Diálogo de indigencias

12.3.13



—Le debe llamar la atención que, en este país, la gente grite tanto, señor Herbert.
—Mejor que levantar la voz, reforzar el argumento.
—Pero se grita cuando no hay razones.
—Buenas palabras valen mucho y cuestan poco.
—No, si buenas palabras sí hay, otra cuestión es su veracidad.
—Atrévete a ser verdad. Nadie necesita una mentira.
—La verdad provoca cambios.
—Por qué se ha de temer a los cambios? Toda la vida es un cambio ¿Por qué hemos de temerle?
—Porque para cambiar hay que saber reírse del poder establecido.
—El chiste es un motor de insubordinados, tremendamente poderoso. A veces un amigo, a veces el ingeniero.
—Y un desagravio
—Vivir bien es la mejor venganza.
—Cómo, con la que está cayendo.
—Una hora puede hacer feliz a un hombre por el resto de su vida. Debes buscar esa hora.
—Y algo más.
—Sé útil en vida.
—Ser pobre no es rentable.
—La pobreza no es pecado.



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