Parábola de la política

22.3.13



Después de una larga entrevista con aquel viejo militante apartado desde hacía años de la actividad política, me explicó con un apólogo lo que había aprendido de su práctica. «La política —me dijo— es como una noria cuyos cangilones sacan el agua del río y la elevan para dejarla caer. Esa agua son los políticos y todos los tontos que les acompañan. Se elevan, suben y suben y, desde la altura momentánea, se creen interesantes y superiores al resto de gente, hasta que les toca caer como otros lo hicieron antes que ellos. Y vuelven a ser agua corriente y anónima».



2 apostillas:

Juan Poz dijo...

La comparación es tan injusta como certera: los políticos y el agua: no podemos vivir sin ellos, ni biológica ni socialmente, pero también hay aguas estancadas que se pudren, y los políticos podridos son a día de hoy un mar sobre el que navegamos como en la nave de los locos.

Joselu dijo...

Descrédito de la política como sentimiento generalizado y universal. Es merecido pero a la vez también muy peligroso, porque fuera de la política no hay nada. Siempre hay política aunque se la cifre como antipolítica.