Consideraciones
11.3.13
Ningún decoro en la admiración toda la dignidad en el respeto.
Etiquetas: aforismo
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Escribimos para no dejar de ser quienes somos.
G. Deleuze:
«Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo...»
Thomas Szasz:
«Si tú hablas a Dios, estás rezando; si Dios te habla a ti, tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan, eres un espiritista; si tú hablas a los muertos, eres un esquizofrénico»
Marco Aurelio:
«Toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo»
Albert Camus:
«La gente nunca está convencida de tus razones, de tu sinceridad, de tu seriedad o tus sufrimientos, salvo sí te mueres»
Charles Caleb Colton:
«Hasta que hayas muerto no esperes alabanzas limpias de envidia»
León Tolstoi:
«A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa»
Voltaire:
«La duda no es un estado demasiado agradable pero la certeza es un estado ridículo»
Mahmoud Al-Tahawi:
«La perfección es el pecado de los vanidosos. La torpeza la virtud de los indefensos»
Fénelon:
«Huye de los elogios, pero trata de merecerlos»
Antón Chéjov:
«Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio»
Bukowski:
«Que no te engañen, chico. La vida empieza a los sesenta»
2 apostillas:
Sí creo que así es lo acertado. La admiración nos pone en una situación de minusvalía respecto a alguien, tiene algo de opaco, de degradante, y, tal vez necesitamos destruir a alguien a que hemos admirado antes. No me gustaría ser objeto de admiración. Me asustaría, no solo por no merecerla sino por el desasosiego que puede crear. Aunque alguien que se alimente de admiración tiene asimismo una enfermedad del ánimo si la necesita. Cuando alguien quiere suscitar admiración, algo no funciona. Algo hay anómalo.
Frente a la admiración, complicidad y, sobre todo, reconocimiento y gratitud. Es un hecho que nos cuesta nucho agradecer, tanto como a los anglosajones no les cuesta tener el zanquiu en la lengua todo el dia.
De todos modos, Joselu, me has clavado como a una mariposa en el terciopelo...
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