Espíritu maligno

6.3.11



El bebé lloró toda la noche de hambre y murió al amanecer. A Munashe, una joven mujer zimbabuensa, el llanto se le quedó dentro y enloqueció.



5 apostillas:

R. dijo...

Cómo no. Hasta a mí se me ha quedado dentro ese llanto...

Míkel F. Deltoya dijo...

Triste situación, hambre y lagrimas al parecer son un triste camino a la locura.

Ex-compi dijo...

Espero no vivir esa experiencia, tanta gente todos los días le pasa lo mismo, pero siempre por el mismo roaliyo África...

Anónimo dijo...

Cuando lo doy de comer a mis niños me acuerdo de aquellos que no tienen, pienso en ese llanto del que hablas y me parece lo más desgarrador que puedo vivir, aunque el grito de la madre al amanecer también lo tengo dentro.
mafalda

Maria Coca dijo...

Duro pero tristemente real...

Un abrazo.