Abducción pictórica

13.2.11



La mujer que vigila la cuarta sala del museo, dedicada al impresionismo de Toulouse Lautrec, observaba como un hombre se embelesa frente a un cuadro. Cada día visitaba la sala y se quedaba impasible largo rato con la mirada fija en la obra. Después se despedía de la mujer.
La vigilante, abonada a su rutina, en una ocasión levantó la vista del libro que leía y vio al hombre enfrentado a la pintura nuevamente. Volvió a embeberse de letras hasta que terminó su turno de trabajo y cayó, entonces, en que el hombre no se había despedido. Desde ese día no lo volvió a ver por el museo.
Ahora, cada vez que vuelve a su rutina laboral y mira el cuadro 'Baile en el Moulin Rouge', siente una especie de repelús.



2 apostillas:

Lola dijo...

Cuando no haceos nada al respecto, nos parece que siempre se va a quedar ahí la monotonía de nuestros actos mecanícos; hasta que un "martes cualquiera" deja de ser así.
Esto solo lo comprobaremos después de mucho tiempo.

Bohemia dijo...

Qué bueno!!!!!! Si es que en un descuido tonto todo puede cambiar...

Besosss