—Estoy hasta las narices.
¿Dónde va la gente?
13.7.10
—Estoy hasta las narices.
—De qué.
―De los sumandos.
―Lo dices por la borrachera de estos días.
—Lo digo porque la gente sólo tiene ojos para ver lo que les hacen mirar.
—Piensa que, de manera sencilla, mucha de esa gente ha sido feliz.
―Pero a mí el fútbol no me gusta.
―Es igual, a mí tampoco, pero a veces es bueno contagiarse de esa efervescencia colectiva y de un sentimiento común.
—Entonces seré un soso.
—No hombre, sólo déjate llevar.
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6 apostillas:
Donde va Vicente (del Bosque, claro).
una estrella para vosotros, ajaja... van a todos lados supongo.
Soso o no, también yo, que me he alegrado hasta la raíz de la niñez con este triunfo, siento vergüenza ajena por ciertas alegrías "patriótico-etílicas" que rebajan el discurso de los festejantes a niveles degradantes. Di en pensar que un cuento irreverente sería dispensarle una recepción así a un premio nobel, por ejemplo...
Sentí gran alegría por la victoria, pero ayer miraba a la selección haciendo visitas oficiales a la Zarzuela y la Moncloa y luego recorriendo Madrid hasta no sé qué horas y me llegó el hartazgo de tanta efusión patriótica y tanto España oe, oe, oe y el orgullo de ser español... Pensaba en que los jugadores de la selección tienen que representar una función que no les gusta demasiado y menos a Vicente del Bosque o el mismo Iniesta y seguro que a Puyo tampoco. Llega un momento en que es excesivo, pero me temo que en todos los países hubiera sido lo mismo. Un poco está bien, el exceso es agobiante.
Pues sí,la verdad que la cosa termina agobiando. Yo también me alegré y me gustó ver salir a la gente a la calle. Todo era fiesta y alegría.
Pero la cosa no deja de ser fútbol. ¿Por qué la gente no sale así, en masa, a la calle para defender sus derechos?¿o para denunciar tantas injusticias como hay?
Saludos!
Mari Carmen, menudo asco de cliché... pero estoy de acuerdo...
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