Me saludó con una sonrisa y tras charlar un rato me dijo: «recuerdas cuando nos robábamos las novias a golpe de llanto y borrachera».
Y luego hay gente quiere permanecer eternamente joven.
Escribimos para no dejar de ser quienes somos.
G. Deleuze:
«Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo...»
Thomas Szasz:
«Si tú hablas a Dios, estás rezando; si Dios te habla a ti, tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan, eres un espiritista; si tú hablas a los muertos, eres un esquizofrénico»
Marco Aurelio:
«Toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo»
Albert Camus:
«La gente nunca está convencida de tus razones, de tu sinceridad, de tu seriedad o tus sufrimientos, salvo sí te mueres»
Charles Caleb Colton:
«Hasta que hayas muerto no esperes alabanzas limpias de envidia»
León Tolstoi:
«A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa»
Voltaire:
«La duda no es un estado demasiado agradable pero la certeza es un estado ridículo»
Mahmoud Al-Tahawi:
«La perfección es el pecado de los vanidosos. La torpeza la virtud de los indefensos»
Fénelon:
«Huye de los elogios, pero trata de merecerlos»
Antón Chéjov:
«Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio»
Bukowski:
«Que no te engañen, chico. La vida empieza a los sesenta»
1 apostillas:
Recuerdo hace muchos años en el centro de Java. Conversaba con una mujer de unos cuarenta años. Cada edad allí va asociada a un tratamiento de respeto diferente. Es como el usted pero más complicado porque hay distintos tipos de usted. Para hacerla más joven me dirigí a ella con un tratamiento que correspondía a una mujer más joven. Ella se ofendió por el tratamiento. Tenía edad ya para merecer otro tipo de pronombre. Aquello me hizo pensar en que aquí en occidente sucede todo lo contrario. A las personas mayores les atrae el tuteo porque las hace más jóvenes. Hemos convertido la juventud en mito, y, como señalas en tu historia, no todo lo que sucede en ella es estupendo. Pero es lo que nos venden constantemente y no podemos permanecer inmunes al discurso generalizado. El arte y la publicidad han hecho del ¡viva la juventud! uno de sus mensajes centrales.
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