Terrón de azúcar

3.12.23

Alguien vino y me contó al oído esta historia:

 

«Sarmiento, ya no recuerdo su nombre porque la sonoridad de su apellido y las rimas insistentes de los compañeros dejaron mayor huella en mi memoria que su nombre, digo Sarmiento era un niño rubito, aseado, con un rostro más aniñado que los del resto del grupo, aunque dotado de una cierta malicia más bien era verbal, dado que su físico estaba limitado por una estructura metálica que enjaulaba su pierna derecha, necesaria para poder caminar con dificultad, aunque él intentaba hacer casi todas las diabluras que el resto de los niños, ideando muchas de las gamberradas que los demás ejecutaban, concebidas perversamente como para hacer ver, frente a su desventaja física, la superioridad de su maldad, una especie de venganza frente a la desgracia a la que el mundo le había sometido y que devolvía con creces, a pesar de que, por su indumentaria, cuando en invierno vestía un elegante abrigo negro al alcance de pocos, y por su modo de hablar, no parecía tener una vida muy común con la nuestra cargada de penurias, en cuanto que Sarmiento se mostraba desacomplejado y exuberante, lo miraba y me daba pena al pensar cómo me sentiría con esos hierros y las pesadas botas ortopédicas, más aún al saber algo relacionado con un terroncito de azúcar pintado con unas gotas rojas que nos daban a los niños y que él no tomó por descuido de sus padres».



Desinhibiciones

2.12.23


El único canon creativo soportable es el de la libertad.




Repeluses

1.12.23


A veces, en repentino despertar, noto un escalofrío al sentir que sigo vivo.




Pluralidades

30.11.23


Existen tantos mundos mejores como cabezas los piensan.




Reconocer

29.11.23


Háblame de ti para que sepa quién soy.




Nutrimentos

28.11.23



Las ideas son como esos alimentos que tanto nos gustan y no paramos de comer hasta hartarnos. El resto ni probarlos.




Regalado

27.11.23



El mundo es gratuito: son los humanos quienes le ponen precio.





Delincuentes líricos

26.11.23



Investigado por hacer versos lo acusaron de un crimen de lesa humildad.




Exigüidad

25.11.23



Nada conmueve más que saber que no somos absolutos.




Avenidor

24.11.23



El tiempo es el mediador de los afectos.




Anatomías

23.11.23



El esqueleto del alma humana está articulado por la musculación del entristecimiento.





Encararse

22.11.23



El mayor reto de superación es enfrentarse a uno mismo.




Velaciones

21.11.23



El secreto de la alegría lo custodia la sonrisa.




Antelaciones

20.11.23



Fui árbol antes de ser raíz y por eso ahora soy fruto sin haber florecido.




El juego quimérico

19.11.23



Los dos niños sentados en el suelo jugaban en un tablero invisible. Los observé largo rato mientras permanecían absortos y divertidos en su partida. No entendí muy bien la dinámica del desafío y atendí a los gestos que intercambiaban para descifrar el enigma en tanto, cada uno, depositaba una carta boca arriba cogida de un mazo común en las que aparecían figuras distintas. Los jugadores imitaban con muecas el sentimiento que le producían las estampas. Se trataba de viejas efigies fantasiosas, arcanos antiquísimos.

Intrigado los interrogué sobre el desenlace: «¿Qué se gana en este juego?». Uno de ellos me aclaró: «Nada, no se gana nada». Entonces insistí: «¿Y alguien es derrotado?». Y su respuesta fue: «Nadie pierde».




Analectas

18.11.23



Caminamos hacia la eternidad de la nada.




Riberas estelares

17.11.23



Apacigua la alegría por sentirse grano de arena en esta playa sideral.




Reciprocidades

16.11.23



Porque yo soy tu equivocación, tú eres mi error.





Lucideces

15.11.23



Aprender en los libros lo ya intuido para iluminar el camino.




Contentamientos

14.11.23



Más que la pesadumbre por dejar de ser, está la alegre emoción de haber sido.